viernes, abril 29, 2005

Vivir en flashback (o un nonsense lleno de amargura y amor)

Prólogo:
Tomé Narrativa con César López Cuadras, Narrativa cinematográfica con José Reyes, Literatura comparada con Roberto Herrera y dos veces Teoría literaria con Rodolfo Quintero, sépase con la autoridad que hablo de estos temas.

Texto A fragmento *AMOR*
La narradora personaje u homodiegética redacta vivencias desde el presente, observa, no hay nada. Mirada al pasado (mirada, claro, metafórica, pero las imagenes vienen realmente, al menos en su cabeza -que es su lector ideal o su espectador, según quiera verse-). Flashback. Escena 2)INTERIOR. CASA DE LA NARRADORA HOMODIEGÉTICA. NOCHE: años de gloria, admiración, mucho talento, vestida de tules sobre un escenario diciendo "¿Es el sanatorio del Doctor Ariel?", borracheras sin consecuencia, cuatro días del mes cuarto, un año después del fin del mundo, noches de amor sin Flavia, largos viajes de apenas unas horas, ¡atención perros!, 59 horas de demasiado amor. El corazón del personaje (lugar común) se hincha hasta creer que alcanza la talla de un Dios (intertexto). La narradora homodiegética es feliz. (Fin)

Pero (análisis comparatístico)

Texto B fragmento *AMARGURA*
La narradora personaje u homodiegética redacta vivencias desde el presente, observa, no hay nada. Mirada al futuro (mirada, claro, metafórica, pero las imagenes vienen realmente, al menos en su cabeza -que es su lector ideal o su espectador, según quiera verse-). Flashforward. Escena 2)INTERIOR. CASA DE LA NARRADORA HOMODIEGÉTICA. NOCHE: temor, ardor, dolor, errores, errores, errores. ¿Y si sí? ¡Puras fallas! El corazón del personaje (lugar común) (podemos establecer similitudes: Cfr. Texto A "El corazón del personaje (lugar común)") se hace pequeño sonando como un celofán al arrugarse (mala metáfora auditiva). La narradora homodiegética sufre porque se le apesta el presente nomás por pensar en el futuro. (Fin)

Conclusiones:
1.- Tomar clases con los maestros mencionados en el prólogo no sirve para nada.
2.- Mejor vivir de recuerdos. Allá, en el flashback, en la analepsis, se encuentra mi lugar feliz.

Epílogo:
Marinetti, run, run, run. El innnfrarrealisssmo... Güin Güenders, en essspa-ñól. ¡Batería!

13.- "Dear Leonard, To look life in the face, always, to look life in the face, and to know it for what it is. At last to know it, to love it, for what it is, and then, to put it away. Leonard, always the years between us, always the years, always the love, always... the hours..."

...soy sólo otra de las hijas de Elena Garro, no me pueden pedir más...

lunes, abril 25, 2005

La jodida a mí me lleva ahora

(Qué bonita es la flexibilidad de la sintaxis.)

Muérete tú, muérete tú, muérete tú, muérete tú.

Los mataría yo, pero soy diletante y preferiría no hacerlo.

Ya, en serio, muéranse, apestan.

El supremo arte del egocentrismo


And the daffodils look lovely today.

lunes, abril 18, 2005

Bienvenida a 1991 ¡qué padre!

Me quejo de estar enseñorándome demasiado pronto. El otro día me dormí en el cine siendo que la película ni aburrida era. Me dormí porque estaba oscurito y los asientos se hacían para atrás. Me molesta la gente que se duerme en lugares que no son para dormir: "como señora" decía yo. Ahora soy una señora cincuentona que sale "a divertirse" pero pronto le da sueño y, sin más ni más, se duerme.

Dice el papá de Jaime que decir "la busca para novia" es una frase que ya no está de moda.

Yo tengo muchos complejos lingüísticos. No sé si se dice venimos o vinimos, según el caso. Digo "esteeeeee" cada vez que estoy pensando lo que voy a decir. Comienzo casi cada frase con un "Ay". Siempre que pregunto algo pongo un "Y" al principio aunque sea absolutamente innecesario. Digo ante todo un "como que" y un "medio". Uso demasiados diminutivos. Lo peor de todo no es que hable tan feo, lo peor de todo es estar autocorrigiéndome todo el tiempo. Un diálogo mío que de corrido duraría 3 minutos, se convierte en una repetición de escena de 8 minutos porque me corrijo y regreso a decir lo ya dicho hasta que salga bonito, claro y bien esctructurado.

Una revista ERES de 1991 auguró que en ese año se pondría de moda la expresión "¡qué padre!".

Es feo contar algo y que el interlocutor responda con un "Ah ¿sí? ¡Qué padre!". En el 2005 un "¡qué padre!" no puede significar otra cosa sino "me importa un carajo tu plática, estúpida".

No sé si "carajo" sea una palabra que aún esté de moda.

En la primaria, un niño que se llamaba José Luis, estaba en sexto, tenía 14 años e, invariablemente de la estación y el clima, siempre tenía mocos escurriendo de su nariz, me dijo este secreto: "El mundo se va a acabar en 1991. Nos lo dijo a los de sexto la teacher Terry. No le puedes decir a nadie".

La noche de año viejo de 1990 la pasé completamente horrorizada.

En 1991 yo tuve 9 años, hice la primera comunión, el mundo no se acabó y la expresión "¡qué padre!" se volvió popular.

No me acuerdo si 1991 fue un buen año. Me gusta usarlo como referente de algo que pasó hace mucho tiempo.

Ahora ya no sé qué está de moda. No sé cómo lucir juvenil. No sé cómo preferir "irnos de antro, weee" que pasar la noche junto a la ventana (en estado de alerta, como el gato) quejándome conmigo misma del calor. No sé cómo escribir posts cortos y bien definidos. "Ay, no sé, como que está medio tristecita la situación..."

miércoles, abril 13, 2005

Mi vida con Sarita

Hay una película cuya protagonista es una señora que tiene una cabra. No sé de qué trate, pero a la mujer se le veía muy feliz.

Esto es definitivo: a mi vida le hace falta una cabra.

Mi cabra se llamará Sarita. Viviremos felices juntas. Estará todo el día dentro de la casa. Por las noches Sarita se echará a mis pies y estos amanecerán siempre llenos de baba. ¡Qué linda imagen! Cuando me enoje porque se comió la colcha de flores que acabo de comprar (de las de catálogo que anuncia Andrea Legarreta) la llamaré ¡Sara! y ella, comprensiva de mi rabia y apenada por su error, se irá a recluír todo el día en su corralito. Luego la perdonaré: cariñitos y palabras lindas, "ya, ya, Sarita, no es tan importante", "beeee, beeee" (o ¿cómo es que hacen las cabras? No importa, Sarita hará "beeeee") y así será siempre nuestra relación, sin rencores, comprensiva, infinitamente amorosa, beee, beee. Qué buen plan. Maravilloso futuro, perfección, mucho amor.


Sarita, te llamabas Sarita. Y ya con nombre ¿cómo no quererte?Posted by Hello

(Plan sujeto a cambios por fobias de terceros)

Put that thing back where it came from!


Posted by Hello
Es cierto, corazón cobarde, esto es una enfermedad.

Yo no quiero...
...pero sí.

Y morirme contigo si te matas /
y matarme contigo si te mueres /
porque el amor cuando no muere mata /
porque amores que matan nunca mueren.

lunes, abril 11, 2005

Esto, claro está, ya no es un reclamo

(Es, más bien, un edición)


Ayer en el arroyo mataron a Don Goyo.



Y ya.

martes, abril 05, 2005

Nombres que predestinan

Graciela sólo somos mi mamá y yo (y Sofía, pero lo niega, así que no cuenta). No somos exitosas y sí muy desconocidas. Yo creo no voy a triunfar por llamarme Graciela. Por eso, cuando tenga un hijo lo llamaré Almodóvar. Él (Pedro) siempre hace cosas iguales y cada vez más aburridas, pero cuando la gente lee "una película de Almodóvar" exclama ¡wow!, la ve con emoción y, lo que es peor, le gusta y sale exclamando de nuevo ¡wow! porque, claro, la colorida hueva que acaba de chutarse es "de Almodovar". Mi hijo ya no tendrá que esforzarse, hará lo que sea y al decir que es de él, "de Almodóvar", todos dirán ¡wow!

Perfecto. Mi primer hijo tiene ya la vida solucionada. Ahora sólo falta pensar el nombre para asegurar el futuro de los otros 14 hijos que tendré y listo. Qué fácil es todo.


* Si a usted le gusta el personaje del que aquí se habla y por tanto mi post le parece terrible, dejo la solución para que todos quedemos contentos:

UN POST DE ALMODÓVAR

¡Wow!

Somewhere over the rainbow

No soy persona de presentimientos. Mi sexto sentido está muerto (los otros bastante atontados ya). A veces me invento que sé lo que va a pasar, aunque en realidad no lo crea. De una de esas invenciones me vino al recuerdo un cuento de García Márquez (hombre del que yo ya ni voy a opinar): María Dos Prazeres. Lo volví a leer a principios del año (es largo y medio soso para leerlo más de una vez, pero de eso tampoco voy a opinar). Lo vuelvo a leer ahora. Me gusta porque casi al final María Dos Prazeres, seguida hasta su departamento por un hombre al que poco conocía, dice sobre un sueño premonitorio que le había dado seguridad a sus días: "¡De modo que no era la muerte!". Y es demasiada verdad que a veces se malinterpreta, a veces no es la muerte lo que va a llegar.

...y entonces comprendió que había valido la pena (...) aunque sólo hubiera sido para vivir aquel instante.

Todas las rosas, todos los animales, todas las plazas, todos los planetas, todos los personajes del mundo

Primero pensé:

es como un cuento de Gabriel García Márquez

Luego pensé:

es como una canción de Miguel Bosé

Luego pensé:

es como otra canción, esa, la de la mínima habitación

Luego pensé:

es como un capítulo de Palinuro de México

Luego pensé:

¿por qué tantas comparaciones? no es como nada de eso, es más bien...

Luego dejé de pensar.

Se acabó la falsa tortuga (ya no hagan de mí rica sopa de tortuga)

Puedo ser Andrómeda otra vez.

¿Por qué?

¡Porque sí, porque sí, porque sí!

viernes, abril 01, 2005

Entorpecer - Lección 1

Caso (totalmente hipotético)

X decide un viernes cualquiera que es un gran momento para lavar sus sábanas. Retira de la cama las almohadas, la pijama que horas antes se quitó, el control de la televisión, el teléfono inalámbrico, la cajetilla de cigarros y el encendedor. Recoge la llamada "ropa de cama" y con ella se dirige a la lavadora. La enciende, ve como esta se llena de agua, pone jabón y espera unos momentos a que el ciclo comience. Se va.

Digamos (porque esto es todo una suposición) que unos minutos después X busca su celular. No lo encuentra. Piensa: "seguro lo aventé por ahí cuando quité las sábanas, quizá esté abajo de la cama o entre los libros de al lado. Ya aparecerá".

El ciclo de lavado termina. X vuelve a llenar la lavadora y pone en ella suavizante de telas. Fuma en la sala, canta sobre la voz de una canción que se escucha desde su cuarto sin sábanas.

El ciclo extra termina. X saca las prendas. Cuando jala la última escucha un ruidito dentro de la lavadora. Observa. Algo plateado al fondo. "Caray, mi celular" dice X sin gravedad "¿Me habrá llegado algún mensaje mientras se lavaba el aparatito?" Lo saca, lo observa, apagado, lo prende, algo como gelatina verde brilla en la pantalla, apagado de nuevo. "Se me hace que ya se descompuso".

Fin del caso (totalmente hipotético)

Piense usted que la reflexión final de X no fue tan tonta en realidad. Bien pudo no haber concluído que lo más probable era que dos ciclos de lavado no pueden dejar con vida a ningún teléfono. Dele unas palmaditas en la espalda a X. Dígale que pudo haber sido peor. Por ejemplo: echar a lavar sus cigarros de manera que toda la ropa saliera llena de papelitos y tabaco.

Usted que aún se mantiene en un nivel razonable de inteligencia, por favor, ayúdele a X a entorpecer con dignidad.

Algo sobre las lagartijas y los cansancios ó ¿Me falta litio?

De un libro de Herman Melville que nunca leí formulé la teoría de que padezco el aún-no-llamado Síndrome de Bartleby. Cuando hablé sobre esto con alguien que sí lo leyó me dijo que lo que le pasaba a Bartleby no era ni por poco referente de lo que a mí. Ya creo más bien que él sufría el mal de El hombre de la penumbra, y que mi enfermedad no es nada literaria. Ha de ser una tonta falta de litio. Fuchi. Desilusión. Drama.

El caso es que yo PREFERIRÍA NO HACERLO, que belosmente entorpesko (¡ke padre! ¿no?), que viví de miércoles a lunes y mañana otra vez, que no me importa nada, que se mojaron los cerillos, que la vida es dura y que el fin de la amargura.

¿Entonces?

Nada, que no se puede decir nada.

También puedes llamarme Lugar Común

Yo también tengo miedo.

 Posted by Hello

No tengo fuerza para ponerle voz a los silencios de años. Ahora cuando camino me tomo de una mano imaginaria. Yo también tengo miedo. Quiero querer llorar. Tienes mi corazón en un puño. Yo no tengo miedo. Yo no tengo nada.

Aún al final:
Lamer tus heridas, siempre.