miércoles, marzo 29, 2006

Elocuencias sobre marzo

Marzo. Marzo inicia con M, como mayo. Marzo es el único mes del año que lleva una Z. Por lo general, marzo viene después de febrero y justo antes de abril. Pasado el 27 de febrero, marzo puede llegar en cualquier momento, ya sea tras el 28 ó el 29. En marzo pasan muchas cosas importantes: es cumpleaños de mi primo Luis, de mi amiga Gaby Quintero y de Benito Juárez. En marzo mataron a Selena y también a Colosio, y con este último en mi casa lloraron mucho, apenas un poco menos que cuando mataron a Paco Stanley. En marzo llega la primavera y en las primarias se hacen festivales y en los pueblos se hacen fiestas y eligen reinas, en las escuelas no se estudia y en los trabajos no se trabaja. También en marzo caen unas lluvias chiquitas chiquitas que se llaman cabañuelas y que son un fastidio porque ni mojan bien y nomás hacen lodo el polvo que uno trae sobre el carro. Hay un dicho que dice: febrero loco y marzo otro poco. Marzo empieza el 1 y se acaba el 31. Ahora es marzo, pero en dos días ya no será marzo, por eso me apuro, entro corriendo a marzo para decir que yo, con éste, he vivido 23 marzos, que no han sido muy diferentes los unos de los otros (todos vinieron después de febrero, antes de abril, empezaron con m y llevaron una z), pero a pesar de la tendencia de marzo a repetirse a sí mismo, en la historia del marzo personal cuento el segundo con la seguridad de que si no es para los dos ningún lugar me va a gustar.

miércoles, marzo 22, 2006

Idea de doble vista

Cuando algo va mal, lo bueno es saber que con el tiempo perderá magnitud, luego vigencia, luego importancia, y tal vez hasta se olvidará.

Cuando algo va bien, lo malo es saber que con el tiempo perderá magnitud, luego vigencia, luego importancia, y tal vez hasta se olvidará.

Tarde o temprano todo se vuelve neutral.

Todo inasible. Todo perecedero.

Yo así ya no quiero jugar.

Pero, bueno,
al menos me quedo

pago por ver.

miércoles, marzo 08, 2006

Mundo mentiritas

Qué tonta. Desde hace 21 horas (las conté) me he estado chupando el labio por reprimir las ganas de un cigarro (se me va a hacer una herida). No puedo ver una película donde alguien fuma desesperadamente sin sentir la necesidad de hacerlo yo también. La influenica de los medios, creo. Pero yo hace mucho que no veo nada. Lo bueno de la televisión es que todo existe al mismo tiempo que todo es de a mentiras.

Me gustaba jugar a las barbies porque eran hermosos sus mundos posibles. La historia nunca importó mucho (ya sé, y que yo me caía y que tú te acercabas / bueno, sí, y que yo te decía "hola" / sí, sale / "hola"...), lo emocionante era tener muchas sillitas y mesitas y camitas y estufitas y escaleritas y cositas y construír el lugar donde ellas (una era doctora, una era surfista, una era rockstar...) iban a vivir: todo palpable, todo de a mentiras. Pasaba horas haciéndoles el escenario, viendo que todo fuera correcto y congruente y bello. Era tanto el tiempo invertido en eso que para cuando terminaba estaba cansada y no quería jugar ya, pero siempre valía la pena sólo por estar en esos mundos posibles que yo acomodaba cada vez hasta la más subjetiva perfección.

A mí me gustaría vivir en la tele porque ahí las cosas siempre son correctas y no tienen más allá. La vida de un personaje es muy simple y envidiable (y que tú me decías "no te voy a dejar" / sale, sale: "no te voy a dejar" / ya sé, y que sí me dejabas / bueno / "¿me quieres?" / "adiós"...), sus sentimientos son de utilería, la tristeza es tablaroca y las alegrías modelos a escala. Una fea se quita los lentes y se convierte en Rachel Leigh Cook. Simple como verlos dormir en cuartos limpios y con la iluminación perfecta y envidiable como el humito del reconfortante café que se toma al despertar y vuelve correcto el peor de los días.

Quiero que en mi vida todo esté en orden, que todo lo que me rodee sólo tenga vista de un lado (si acaso tiene dimensión), que lo aparente esté vacío y que no haya afuera.

Qué tonta. Desde hace 14 horas (las conté) me he estado chupando el labio por reprimir las ganas de ser personaje y vivir en la televisión, ponerme una sonrisa, zapatillas de rubí, un pandero de latón, querer-te-, caminar por las calles (quien pise raya se vuelve araña), no aburrirme ni enfadarme ni sentir-te- y ser personaje que baila bajo la lluvia y jamás llega a resfriarse (se me va a hacer costumbre recogerme mis pedacitos empolvados de dignidad y dejar de rogar).

Qué tonta.

Yo ya no aguanté. Personaje que soy, me quedo contenta (de tablaroca y a escala) en mi mundo mentiritas y me marcho (cigarro encendido en mano), sin mirar-te-, por la calle llovida con corrección mientras los créditos pasan sobre mí.


Raindrops keep falling on my head

but that doesn't mean my eyes will soon be turning red.

Crying's not for me

cause I'm never gonna stop the rain by complaining.

Because I'm free.

Nothing's worrying me.

Fade to white