domingo, julio 08, 2007

Sentada, mirando al frente



No es que me exija cambiar, pero a veces creo que debería desperdiciar mi vida de una manera distina que ésta: sentada, mirando al frente.

Maneras escandalosas. Robar un banco y gastarme en apuestas. Maneras ridículas. Nos vamos de vacaciones en monopatín. Maneras infinitas. Recorrer el camino en una podadora, deteniéndose a ver pero sin llegar (y lo digo porque yo nunca llegué al final y las historias se detienen hasta donde el ojo las constata). Maneras hermosas. No se me ocurre una manera hermosa que no devenga en lástima.

Pero ocurre a veces (ha ocurrido esta vez) que sentada, mirando al frente, se me cruzan personas enormes, que me duelen de ver, que me recuerdan lo necio de mi compromiso con el nadahacer, esperar, ser el personaje que siempre está un paso atrás.

Debe ser ridículo cuánto puede una admiración romper la seguridad de alguien que desperdicia su vida sentada, mirando al frente, pero es la verdad. Y debe ser ridículo cómo diez deditos pueden más que mis años de esfuerzo por enaltecer mi tiempo perdido, pero pueden.

Peor todavía intentar hacer apología de ello, pero lo hago.

Aunque no me exijo el cambio, para no tener que cerrar los ojos y quedarme sin mirar, me ofrezco una disculpa por caberme en la palma de la mano, tomarme, arrugarme y lanzarme por encima del hombro para irme detrás de ti.

Una manera hermosa, sí. Desperdiciar mi vida sentada, mirando al frente, ocupada en admirar tu grandeza, tu genialidad.




Si yo fuera en la medida de mi admiración, ahora sería infinita.
Me basta pensar.

13 comentarios:

The Coffee Lady dijo...

Un GRAN post repleto de esa melancolía que expresas tan bien y yo sin palabras... niña: toda mi admiración.

Un abrazo!!

Gilmar Ayala Meneses dijo...

Andrómeda,seguimos on esos grandes finales, ¡enhorabuena!

Anónimo dijo...

solo quiero sentarme de frente a mirar y mirar
no han nada mas hermos que el ocio y la imaginacion

Laia Jufresa dijo...

pos a mí el regalo más bonito que me han dado lo descubrí sentada, mirando al frente, aquí, ahora mismo

Luis Ricardo dijo...

Un post que deberán leer todos los cinéfilos del mundo.

SIETECUEVAS dijo...

cha-le. aunque reconozco la magnífica grandielocuencia con la que ud escribe (y por la cual muero de envidia). He de decirle que este post no me llegó así tan tan como los otros. ¿será pq estoy "enamorada" de un cierto inviduo al que todavía no sé que le admiro?...

estas cosas de crecer, no es cierto que uno tiene experiencia con la edaT ni que la madurez ni que bla bla bla. Oh no, habemos personas en las que el caminito es de bajada continua.

Pero siga escribiendo y ya no tarde tanto que yo cada día paso a ver que hay de bueno por aquí.

Gabriela dijo...

Yo no lo había pensado así, pero sícierto, pinche día de la marmota.

Gran Fornicador dijo...

Estas cosas dan ganas de que la nueva meta de uno sea ser l. j.

Laia Jufresa dijo...

hasta a mí!!

Juventino Montelongo dijo...

Contemplación.
Acabo de clavarme con esa palabra, hasta pinté algo en "honor" a eso. Mi hermana y yo somos bien fanss de tu blog. Te voy a linkear.

Anónimo dijo...

todo bonito, todo bonito, pero este post-it es como... no me gusta. tu Eres admirable y mucho. 8(Very-very) quien sabe si te la creas o nou

aca te leemos en la misma guadalajara y tambien mi hermana y yo, fijate, que coincidencias de la vida-cola

diamandina dijo...

Coffee, Gilmar, Mariana, Ricardo, Olaya, Gaby, Tirso, Tino y Alexander: gracias por los comentarios bonitos. Un bu para los que dijeron que no les gustó, aguados, que aquí no se permite que me anden contrariando. Je, no, no es cierto. Gracias al Tino, a Alexander y a sus hermanas, especialmente porque si tuviera que volantear este blog ahora podría poner una leyenda que dijera "Las familias lo recomiendan". Gracias a Laia por su gratitud y porque nos deje en claro que todos queremos ser l.j., incluso l.j. Y ya, aquí termina mi discurso del Óscar por mejor actriz secundaria. Beshos.

Cerillo dijo...

¿Sabe lo que pasa con las personas enormes? que pesan mucho y el peso cuesta mover. La ligereza aunque como peso sirva de poco se mueve sin fuerza, esta cualidad seguro que para algo sirve