martes, septiembre 18, 2007

Segunda historia / cualquier parte / escapo, no escapen

Debe ser esto: el día tiene demasiadas horas como para poder aferrarme a una misma idea, a un sentimiento continuo. Imposible (porque ahora estoy triste) pensar en tener un plan que no parta de mí, me inlcuya, me refleje, me cause, me consecuente y me a mí, porque es lo único que puedo hacer con las horas. Soy lo que tengo, pero por lo(s) demás, siempre queda improvisar. Ya tuve mi fiesta, y tampoco es que me importe tener que enfrentar lo que venga (porque ahora estoy contenta). Agradezco.

En los momentos felices, la corte ñoña (sweet scape, sweet scape) me vende, por ejemplo, canciones que yo no quisiera comprar, pero estoy en barata y hago un descuento (en toda la oferta), por las horas, por los años, por la vida de cariño hacia ustedes, porque siempre están (y con esto estoy feliz).


Y luego, al final, ahorita (cierre de temporada horaria del día, se acaba la tarde, empieza la noche, ¿qué se sentirá?), me queda esa sensación de poder estar yo también siempre, para ellos y para los otros, mis lejanos*, con plena conciencia de lo que se siente aquí adentro, aquí en medio, porque de pronto, cuando todo se aclara (o se mirifica, vaya a saber), nada es más grande que poder saberlos aquí, que lo sepan ustedes, y estar de vez en vez (un poco, poco, me basta) allá.





En este capítulo (feliz) Palinuro visita playas de Tijuana gracias a Pirer.




*Que deben saber quiénes son, y si no se ven aquí, qué grandísimos burros, no han entendido nada pero nada bien.

2 comentarios:

bandala dijo...

Celebro su retorno a la blogósfera, renovada y redecorada.
Me late el cambio de decorado.
Saludos.

Anónimo dijo...

Gracias por llamarnos "la corte ñoña", sientete miembro orgulloso de la misma porque bien sabes que eres parte de nosotros. A verdad... ¿no que no te gustaban ese tipo de canciones...?
Salud, Marcian