jueves, noviembre 22, 2007

Mi cabeza es tu casa

Por mandato de Miss Eva, si mi mente fuera una morada


En mi mente como morada habría cuartos siempre en construcción, para dar espacio a las memorias con las personas que desde que las encontré no he dejado de vivir ni de amar. Habitaciones iluminadas, con grandes ventanas para tirar por ellas sin problema platos, gritos y, al final, rencores de todas las equivocaciones cometidas y que, seguramente, faltan por cometer.

Habría también cuartos deshabitados que, sin embargo, conservan sus muebles y sus cuadros intactos, para cuando el ausente se decida a regresar, porque a pesar de sus viajes, sus cambios y su distancia, esta siempre será su casa.

Para los que van y vienen a placer, cuartos de paso con pocos adornos pero muchos cajones para guardar entre naftalinas (que, se sabe, es como huele la nostalgia mejor cuidada) los recuerdos que podremos sacar siempre que sea necesaio un poco de pasado para aminorar el peso de un presente que no huele nada bien.

Dos o tres habitaciones muy cerca de la entrada, fáciles de localizar, que mantendría tibias con esperanzas para que los que siempre han estado lejos pero significan tanto puedan llegar en cualquier momento y sentir que en esta casa hay un espacio que sólo a ellos les pertenece.

Muy arriba, donde nadie más que yo alcanza a llegar, un piso para mis padres, mis abuelas, mi mejor tía y dos o tres más; un lugar grande que podría tornarse asfixiante al descubrirse juntas personas tan diferentes, insoportables, a veces, las unas a las otras, y que quién sabe qué perversas fuerzas cósmicas decidieron agrupar. Un piso excedido en salitres y asperezas en apariencia, pero que mantiene un ambiente que me hace sentir segura, un olor a amor incondicional, a bondad elemental.

En todas partes estarían mis dos perras, dueñas inmaculadas de mi reino memorial.

Junto a la puerta principal un cuarto de juegos, para que en algo se entretuvieran aquellos que todavía no tengo muy claro qué hacen aquí o en cuál cuarto se quieren (o se tendrían que) hospedar.

Repartidos en los pisos, en mi mente como morada, habría salitas y jardines, para que no se me ahogen los recuerdos y las personas puedan ir a tomar el té o salir a pasear; les horneo galletas de vez en vez, porque en mi mente como morada a nadie se atiende mal.

Al fondo del último patio, casi escondido, habría un cuarto con fotografías, con la constancia de palabras, años, días o pocas horas de personas que hirieron mucho o que, por el contrario, no fueron sino borrachos que pasaban, y sin embargo se quedan, aunque no lo sepan, aunque no lo quieran, en parte porque de algo me servirá aprender, en parte porque no sé olvidar.

Y si es cierto e inexorable o no eso que dicen sobre la desmemoria de los caballeros, no es mi problema, porque yo soy una dama, y si mi mente fuera una morada, se le imprimiría con certeza en su publicidad:




You can check out any time you like, but you can never leave.



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Si mi mente fuera una morada, ahora en imagenes:


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En el corcho de avisos de mi casa como morada, un letrero que dice: "Que lo hagan Isis, Rosángela y Carito, porque es tradición que de una casa ajena llegue la encomienda de hacerlo y después pasarlo, al más puro estilo al que le caiga le hiede, a alguien más".

miércoles, noviembre 21, 2007

Ahí va otra vez

Tell me am i right to think that there could be nothing better
Than making you my bride and slowly growing old together



Afortunadamente y con reiteradas pruebas puedo decir que soy el tipo de persona con la que a otras personas les gustaría estar siempre siempre, hasta vernos envejecer.

Desgraciadamente, soy el tipo de persona con la que a otras personas justo ahora y dadas las circunstancias de lo que hace presente les parece imposible estar. Y esto puedo decirlo también con reiteradas pruebas y absoluta seguridad.



¿La historia de mi vida? Futuros que nunca llegan porque el ahora los mantiene imposiblemente lejanos a punta de despueces, patadas y todavianós.

jueves, noviembre 08, 2007

Cocinando espantos

De Metáforas culinarias inútiles para la vida (parte 1)


Para sernir la harina es necesario ponerla dentro de una lata con fondo de mosquitero diseñada para tal efecto y darle muchas vueltas a la palanca que aplasta el polvo contra la malla. Al gusto puede observársele caer o distraer la vista en algo alrededor.

Habiéndose formado un montículo de harina al que comúnmente se le llama fuente, se le hunde con la mano un agujero en la parte de en medio en el que se ponen huevos, azúcar y gengibre o vainilla al gusto, sólo para que el catador no le acuse de desabrido, tampoco está uno para dejarse ofender así como así. Se amasa y se hornea un rato. Con un poco de suerte se obtienen galletitas o un pastel, dependiendo del royal.

Para sernir sentimientos y obtener algo al final seguramente se debe seguir más o menos el mismo procedimiento, buscando con qué armar la parte real de la metáfora. El problema es que para esto no es tan fácil encontrar el cernidor, y, se sabe, si la harina, es decir, los sentimientos se usan así como así, invariablemente se forman grumos y termina todo mal.

En un ejercicio de suposición ociosa, diría que se pueden buscar los elementos necesarios para hacerse del cedazo anímico/sentimental entre canciones, imagenes, textos y pasados que se han ido olvidando, tanto propios como de la contraparte. Pero no estoy muy segura, después de todo, en la escuela, y aunque más tarde en la vida eso también olvidé, a mí sólo me enseñaron a cocinar.

And so i thought I'd let you know...

I'm glad I didn't die before I met you



*gracias*


sábado, noviembre 03, 2007

*sigh*

Estaba programado seguir consagrándome al azote, la tragedia, el dramonón, la desolación y la desilusion, pero de pronto, esto:




Come on monsters, you don’t have to cry...
we can be happy!



(waaah!)
(yeah!)



Wepa! La toda simplita felicidad.

viernes, noviembre 02, 2007

Para cerrar el

Gran Ciclo Gracielardilla de las Grandes Listas Graciela de las Cosas de quejas varias

se prevé la presentación de mi (seguramente) best seller

Los caballeros las prefieren emo

con consejos para andar por la vida nomás causando lástimas y el secreto para forjar vínculos indestructibles valiéndose de la fuerza del desbordado drama personal.



Such a bloody delight...
Y, claro, la gran gran grandiosa

Gran Lista Graciela de las Cosas enormemente estúpidas que he hecho sólo para fastidiar a un tercero que probablemente ni se enteró que me ofendió y menos se dará cuenta de mi vengativa ofensa.

Esta podría llevar como subtítulo "(A mi edad) El ventarrón de mi furia ya ni a chiflón llega".
Ya que esté en eso, que no se me olvide sacar a la luz la

Gran Lista Graciela de las Cosas que van a devenir en desgracia

contando en su top top top al concierto de Björk y el 98% de mis relaciones de cualquier tipo actuales y venideras.

Bruja.
Un día, cuando pierda el prejuicio a hacer públicas mis listas, podré poner aquí la

Gran Lista Graciela de las Cosas que cada vez me importan menos y desestimarlas me da placer.

No será hoy.

Pero la lista no para de crecer.