tag:blogger.com,1999:blog-72529182024-03-12T23:44:19.121-06:00Impecable y DiamantinaVolví, en forma de fechasdiamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.comBlogger418125tag:blogger.com,1999:blog-7252918.post-322797881710761652024-02-18T12:49:00.001-06:002024-02-18T12:49:18.653-06:00Horror survival<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Siempre que veo películas de horror survival, cuando el protagonista ya está cojeando, con un ojo de fuera y lamiendo líquen de las piedras para sobrevivir otro día, pienso que qué hueva, que yo me tiraría de panza ante el zombi o el asesino a la primera y me ahorraría todos esos problemas.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pero cuando me toca enfrentar el horror survival de mi mente y, por consecuencia, de mi cuerpo, o al revés a veces, siempre hago todo lo que puedo por aguantar un poquito más y llegar al otro lado, cojeando, con un ojo de fuera del alma y lamiendo líquen de las piedras místicas, terapéuticas y médicas para sobrevivir otro día. Y siempre quedo viva para la secuela.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Ni siquiera sé si es que realmente lo quiera, pero lo hago.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Ojalá al menos el final de la saga demuestre que valió la pena.</span></p>diamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7252918.post-44662503705660557732024-01-17T10:11:00.001-06:002024-01-17T10:11:25.354-06:00TwinsiesEl día está muy gris y yo también.diamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7252918.post-88538913889071463732024-01-05T12:23:00.002-06:002024-01-05T12:32:00.898-06:00Cuando te hace falta alguien, todas las fiestas son Día de Muertos.diamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7252918.post-36038299134565637632023-11-18T11:30:00.003-06:002023-11-18T12:55:37.228-06:00Enferma que come y mea<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Siempre que estoy afuera, lo cual es casi nunca, para qué te miento, veo a las personas viviendo sus vidas, tan como si nada, y me pregunto qué estarán sintiendo. Si se sentirán como yo (pobres, o qué afortunadas, depende) o de otro modo, sorprendente.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Cuando estás mal, física o emocionalmente, se te trata distinto, mejor, con más consideraciones, al menos, pero tienes que estar muy mal en serio, que se te vea. Si sólo dices que te sientes mal, pero no parece, hay que esperar a que te desmayes y te pegues en la cabeza o, mejor, que te mueras, para que se arme la movilización de que <i>ay cabrón sí estaba mal, ahora sí, qué hacemos</i>. Y ni se te ocurra divertirte, hacer un chascarrillo o comerte una nieve, porque enfermo que come y mea, el diablo que se lo crea.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Lo que estaba pensando es que, ¿por qué necesitamos estar mal, pero de verdad muy muy mal, que se vea, para recibir consideraciones, un trato amable, compasivo? </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Volviendo a la gente de la calle, a veces me da envidia, porque veo a ese señor caminando tan tranquilo hacia la tienda y me imagino que, a diferencia de mí, a él no le duele nada, que está perfecto, que lo puede todo, pero yo que sé si sólo está interpretando el papel que nos dieron al nacer, el de persona que aguanta, que sigue adelante, que claro que puede y que no se queja, y en realidad siente que se está muriendo. Luego veo a alguien más, hablando por teléfono, riéndose, y creo que seguro no le tiene miedo a nada, que por eso puede vivir tan tranquila, tan contenta, pero al otro día va y se mata. Porque por fuera nos vemos tan enteras, y luego resulta que no era cierto.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Una amiga con fibromialgia me decía que nunca le cuenta a la gente que le está doliendo algo casi siempre porque, o no le creen, pues la ven ahí, tan viviendo, o podrían creer que sólo está buscando compasión. Pero es que ¿quién no busca compasión? ¿Quién no la necesita? Nos la merecemos. Todas y todes y todos. Todo el tiempo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">No hay cosa que me irrite más que decir que me siento mal (normalmente de cosas de la cabeza, que es mi tema) y que me digan "¡Cómo! ¡Si te vi tan tranquila estos días, yo creí que ya estabas bien!". Uta, pues perdón por no poder sostener mi bienestar 24/7 por el resto de mi vida desde que lo alcancé aquel domingo soleado del 93. Y, además, me ves tan tranquila, pero a veces, por dentro, siento que me estoy muriendo. Y me imagino que así todas las personas, con sus vidas, con sus retos.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Me gusta decirle al internet cómo me siento a cada rato, aunque parezca la loca incongruente que a las 9 am está jijijí jajajá, a las 12 le dio un ataque de pánico y ya no quiere vivir, a las 4 siempre sí vivió y se está comiendo un salpicón bien chabocho, a las 6 extraña muchísimo a su papá muerto, a las 8 se echa sus puntadas en el instagram, a las 9 le duele la cabeza horriblemente por la ansiedad y teme que nunca se le vaya a pasar y a las 12 ya está dormida, como un angelito, para después empezar de nuevo. Pero es que así soy. Así somos. Un estado no anula al otro. Y todos son ciertos. Y el internet entiende. Más o menos.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Me gustaría poder ser también así en la vida, allá afuera. Que todos pudiéramos serlo. Que aceptáramos que nadie está mal ni está bien siempre. Que estamos y ya. Y hacemos lo que podemos con lo que tenemos. Que todos nuestros estados son válidos, reales y dignos de amor. Me gustaría poder decir cómo estoy y saber cómo está la gente. Y poder ser más compasiva. Y que lo fueran conmigo. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"> </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Normalicen estar bien. Normalicen estar mal. Normalicen estar las dos cosas a lo largo del día, de la vida. Normalicen decir cómo nos sentimos. Normalicen creernos. Normalicen ser compasivos aunque la persona frente a ti no parezca que se está muriendo. O, de hecho, no se esté muriendo. Normalícenme esta.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Y dime cómo te sientes del 1 al 10. Física y mentalmente. Todo el tiempo.</span></p>diamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-7252918.post-26946939353281843352023-11-06T15:09:00.005-06:002023-11-06T15:21:21.585-06:00POV llevas toda tu vida con un boombox al hombro siempre encendido, diciéndote cosas horrendas<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Aquí es la terapia, ¿verdad? Qué bueno.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pocas cosas me frustran como ir con un profesional de la salud mental y regresar con respiraciones y el excelente consejo de no escuchar las cosas que dice mi cabeza y, sobre todo, no creerles.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">A ver, yo llevo 41 años respirando (al menos 10 de esos con técnicas) y ya sé que mi cabeza se la pasa diciendo locuras, te juro por mis gatos que no les creo. A las pruebas me remito: de los 500 millones de veces que me ha dicho que me voy a morir en ese mismo momento, 0 me he muerto. No le creo pero siempre la escucho, porque siempre está hablando y, entonces, ¿qué hago con lo que siento? En el alma y en el cuerpo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Ya estoy en edad de saber que no soy única y detergente. Que millones de personas en el mundo, quizá en este mismo momento, experimentan lo mismo que yo, pero ¿por qué es tan difícil que me crean que de verdad, por dios y la virgen y mis gatos, ya lo intenté, y que no puedo -no he podido- no escuchar mis pensamientos, aunque sepa que no son ciertos? </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Después de mi cita con la psiquiatra, en la que otra vez no lo supe explicar y otra vez quedé como estúpida que nada más no quiere tomar consejos, encontré esta imagen para el PPT de cómo me siento: Es como si tuviera una grabadora (de esos boombox ochenteros) sobre el hombro, al lado de mi oreja.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Esa grabadora lleva encendida toda mi vida (que yo recuerde). Pero claro que no la tengo que escuchar atentamente todo el tiempo. A veces estoy bien. El cassette que reproduce es un kínder a unas cuadras de mi casa, que es mi cuerpo, desde donde salen las voces de los niños pero sus conversaciones son casi indistinguibles, una risa por aquí y un grito de repente. Eso está bien. Te acostumbras a vivir así.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">A veces le sube al volumen y ya puedo escuchar claramente que lo estoy haciendo mal, que me gané todo lo terrible que me pasa y que ni se me ocurra creer que me merezco lo bueno, que voy a perder el control, que me voy a matar o me voy a morir, que necesito un plan, que dónde está mi plan, porque seguro tengo algo muy grave, y lo peor es que ni siquiera me voy a morir realmente, sino que, por no actuar a tiempo, me voy a quedar incapacitada por el resto de mi larga vida, siendo una carga para mis gatos o ni se sabe para quién, esa es otra angustia que aún no hemos resuelto. Claro que no le creo; le enseño las pruebas, le enseño exámenes de laboratorio, le digo que además estoy en tratamiento, pero me contesta que si no sé que las cosas cambian de un momento a otro y que la ciencia vale verga. Esta grabación para todo tiene respuesta. Lo bueno de todo lo malo es que el volumen no está tan alto y, aunque incómodo, también te acostumbras a vivir con eso. Puedo ir aquí y allá, puedo comer y dormir y, a veces, muy a veces, reírme de un meme. Puedo oler a los gatos y hasta leer o ver tele. Es cosa de dejar que siga hablando y ya. Mientras el volumen no esté tan alto, que diga lo que quiera.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pero luego están las otras veces. Esas donde, de la nada (o eso que, a pesar de los años y años de terapia y exploración, yo sigo viendo como la nada), el volumen sube al cien. Aquí ya me está gritando todas esas cosas horribles y otras más. Y yo se las sigo debatiendo o sigo tratando de ignorarlas, pero la grabación ahora tiene un palo y me está picando con él. Me duele la cabeza, el cuello, la espalda, el estómago, las piernas. Tengo una bola atorada en la garganta, la lengua hinchada y no me entra el aire más allá del cuello. O eso siento. Y, como lo siento, y, como no hay forma de negar eso, tengo que parar todo y hacer lo que hay que hacer. Le digo que, sienta lo que sienta, no me está pasando "nada". Le digo que se calle porque estoy meditando. Que se calle porque estoy respirando. Que se calle porque me estoy bañando con agua helada o corriendo. Intento hacer más ruido que ella. Intento también hacer silencio. Le digo que estoy haciendo todo lo que me dijeron que hiciera para que se calle, pero no se calla. Y ese no es el problema, que diga lo que quiera, pero ahora ya no quiere soltar ni a mi cuerpo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Y, al rato, lo suelta. Siempre lo suelta. Con el tiempo o con medicamento. Y tengo que descansar horas porque vengo de luchar una guerra. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Gané otra vez. El volumen volvió a su punto medio y me deja hacer cosas de nuevo. Pero ¿qué clase de victoria es esta mientras, cada que quiera y de la percibida nada, la grabación se pueda seguir subiendo? </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Nadie me ha dicho que así va a ser siempre, ni yo me atrevo a preguntar. Pero me daría con que dejaran de decirme que no lo escuche, que lo debata, que no le crea, que lo controle.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Ojalá mi psiquiatra pudiera leer esto.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Porque cada que salgo de otro ataque de pánico, siento que menuda victoria, amor. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Porque hoy siento que hasta cuando gano pierdo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Y ya no puedo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pero sí puedo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Creo.</span></p>diamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7252918.post-16338236962446468942023-10-30T21:37:00.007-06:002023-10-30T22:19:32.515-06:00La enfermedad de ser tú<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">¿Cómo le hago para que la muerte de un actor que no conocí, ni fui a los cumpleaños de todas sus rehabilitaciones, se trate de mí?</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Fácil. Así.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">No he dejado de pensar en la muerte de Matthew Perry, en su lucha contra la Big Terrible Thing, en sus ganas de ser recordado como alguien que hizo algo por los demás y no por Friends, y en cómo Friends ha hecho tanto para ayudarnos a vivir.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Matthew, Matty, mi amigo personal, no fue tímido para hablar de sus adicciones, de la envidia de ver a quienes no las tenían y podían disfrutar éxitos tan parecidos a los de él en vez de apalancarse de eso para hundirse más y más. Matemáticas de enfermos que son difíciles de entender, pero no te puedes poner a discutir con las ciencias exactas, José Luis.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Hay una plática con el resto del elenco de Friends, cuando se acabó el programa, donde les cuenta a los demás que, desde el principio, si la gente no reaccionaba a sus chistes, si no se reía, él sentía que se iba a morir. Jennifer Aniston le responde que eso nunca se los había contado, que no sabían que se la estuvo pasando tan mal todo el tiempo. Pues no. Nadie quiere contagiar a los demás de la enfermedad de ser tú. Cómo lo vas a compartir. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En una entrevista muy reciente cuenta que nunca vio Friends porque, cuando lo intentó, </span><span style="font-family: verdana;">sólo se veía a sí mismo en su temporada de atasque de alcohol o en la de coca o en la de opiáceos. Mira, ahí. Ahí. Ahí. *Meme de Leonardo DiCaprio*. Ese hombre que construyó nuestro búnker nunca fue capaz de ver lo que vemos toda la gente que llevamos 25 años refugiándonos ahí.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pienso mucho en sus ganas de ser recordado como alguien que ayudó a otros hombres luchando con sus adicciones y no por Friends. Pero Friends, Chandler, es</span><span style="font-family: verdana;"> lo que a mí me ha ayudado a sobrellevar la enfermedad de ser yo. Y si estás leyendo esto, seguro también a ti.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Así como, cuando todo se está cayendo, hay quien se va a la casa de sus padres o hermanos, al pecho de su pareja, a un retiro en las Bahamas si es de esos, porque es su refugio y su lugar seguro, estamos los que acudimos a Friends, proque sólo eso tenemos o porque solo eso podemos aceptar. Cuando tienes la enfermedad de ser tú, distinguirlo no es tan fácil. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Friends, su fantasía de la amistad que es hogar, de un mundo de pertenencia, en el que siempre hay alguien para ti, es un techo seguro y un colchón mullido para convalecer cuando crees que vas a matarte o cuando sientes que te vas a morir. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">¿Cómo alguien que ayudó a construir eso, que es cimiento, pared poniente y una de las ventanas por las que más nos gusta asomarnos, va a creer que no será recordado como una persona que ayudó a la gente? Pero lo entiendo. Porque la enfermedad de ser tú también causa ceguera y sólo te deja ver la Big Terrible Thing.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pienso también en esa frase de <i>The fault in our stars</i>, "</span><span style="text-align: left;"><span style="font-family: verdana;">Maybe she wasn't loved widely, but she was loved deeply. Isn't that more than most of us get?" y Matthew, creo, tuvo las dos cosas. Isn't THAT more than most of us get? Y aún así murió sin poder verlo. Y lo siento muchísimo. Y lo entiendo.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="text-align: left;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="text-align: left;"><span style="font-family: verdana;">Voy a tener que ir a ver Friends en lo que me recupero.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="text-align: left;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="text-align: left;"><span style="font-family: verdana;">Nos vemos en el cosmos, Matthew. Que allá, curados de la enfermedad de ser nosotros, podamos ver el amor, la paz, la fuerza que fuimos para otros. Que hoy, al fin, sientas todo eso tuyo. Merecido. Suficiente.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="text-align: left;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="text-align: left;"><span style="font-family: verdana;"></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjBJSX6ei6TLogxT__3EaL0J_6z7pVhjxKLXMvBs-a7AZ0Szt6C4X72mqJalATtSZhdy3PBFRIIIr5gWzXYtKZi0LnhZABtj4PBQRqhiz8I7Hg5AcO9SswmUlhl14KlS244L3DasmYtkzKv0olFsVtYkyACK3h4sPUTEPqT7x8X7DGR2952Zjuhjg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="754" data-original-width="1152" height="261" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjBJSX6ei6TLogxT__3EaL0J_6z7pVhjxKLXMvBs-a7AZ0Szt6C4X72mqJalATtSZhdy3PBFRIIIr5gWzXYtKZi0LnhZABtj4PBQRqhiz8I7Hg5AcO9SswmUlhl14KlS244L3DasmYtkzKv0olFsVtYkyACK3h4sPUTEPqT7x8X7DGR2952Zjuhjg=w400-h261" width="400" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;"><br /><br /></span><p></p>diamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7252918.post-44061729867368640382023-10-22T20:08:00.016-06:002023-10-22T20:35:54.685-06:00El bienestar artificial no es el bueno<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Tal vez a ti de niño no te dejaban ver telenovelas, pero a mí no me dejaban tomar medicamentos. Te cambio cuando quieras.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En un cálculo así, desde el recuerdo, tenía derecho a un par de paracetamoles al año, que debía usar sabiamente, y uno extra en casos en los que pudiera demostrar con pruebas que algo me estaba causando un dolor extremo (con pus y sangre saliéndome de un oído reventado, por ejemplo).</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Es que la gente está viendo y no ve que los medicamentos te curan de una cosa y te enferman de otras tres para que nunca salgas de eso. Tu cuerpo, con la comida correcta, el agua suficiente y movimento, tiene todo lo que necesita para arreglarse solo. Querer parar un dolor es no permitirle a todo ese complejo sistema que eres que ponga en práctica sus propios mecanismos de supervivencia y se vuelva menso.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Fuut. Infancia no es destino, pero sí puede ser un pergamino de Misión, Visión y Objetivos familiares que siempre está enmarcado al mero centro de tu cerebro.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pero, bueno. Con ese pergamino en mente, el primer tratamiento médico de largo plazo que tomé en mi vida fue uno psiquiátrico, a los 30, porque vomitaba todas las mañanas, a veces no podía pasar ni aire ni saliva y tenía el cuello y la quijada lleno de nueces (con cáscara) bajo la piel que resultaron ser ganglios gritando <i>auxiiilio sáquenme de este cuerpo tenso</i>, y no había evidencias clínicas que indicaran que todo esto viniera de algún otro lugar que no fuera mi cabeza.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">No quisiera preguntarme pero por supuesto que me pregunto si mi primer tratamiento médico pudo no haber sido psiquiátrico a los 30 si hubiera recibido un tratamiento médico de alta especialidad con mejoralitos de niña cuando algo me dolía (y en el momento que fuera, sin importar si me había tomado uno HACE APENAS dos meses), si no me hubiera tenido que aguantar el malestar y el dolor y el miedo a volver a sentir el malestar y el dolor y así infinitamente.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">El tratamiento psiquiátrico funcionó a la perfección. Por primera vez me sentí protegida, con la seguridad de tener algo a mano con qué detener el dolor y el horror, en vez de hacerle frente. Por primera vez no tuve que ser vikinga, no tuve que ser guerrera. Pero siempre he querido que se acabe el tratamiento. Y se ha acabado. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Muy buena su medicina, felicidades, pero en el fondo yo, tan adulta, tan independiente, tan librepensadora, lo que quiero es lo que me dijeron hace 30 años que era lo correcto: tomarme mis dos tempras al año para demostrar que mi cuerpo todavía tiene con qué, todavía puede. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Igual siempre vuelvo con la psiquiatra y empieza el ciclo que no se acaba cuando se acaba el tratamiento. Después de mucho suplicar que ya se termine, me dan permiso de dejarlo y lo dejo. Todo está bien por unos meses y casi me creo que esta es la buena (la de verdad buena). Luego todo está más o menos y luego un poco mal y luego pésimo. Siguen las caminatas de horas a ver si logro alejarme de lo que siento, los tés, las meditaciones, el grounding, los aceites, las oraciones, las terapias gestalts y cognitivas conductuales y psicoanálisis y todo lo que me dijeron pero, si yo puedo sola, si son tan malos los medicamentos y ya intenté todo lo demás, ¿por qué otra vez estoy en la cama arañándome las piernas y preguntándome si esta sí va a ser la buena (la mala, la pésima), si la necesidad de huir ahora sí me va a aventar por la ventana, si esta sí va a ser donde al fin me quiebro?</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Y entonces la medicina, EL ENEMIGO, gana de nuevo. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Voy por un ansiolítico. La mitad, porque completo ya de plano son ganas de no luchar del lado de mi cuerpo, y en un rato me siento mejor.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">¿Por qué me opuse tanto a esto?</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Porque el bienestar artificial no es el bueno. Piénsalo: En realidad no estás bien, estás mal y, encima, engañada, creyendo por un rato que todo está mejor pero si te sientes así es sólo por factores externos, o sea que tú-tú no estás bien, tú no, tú nunca, tú tienes que poder sola. Entiende. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">¿Qué vas a hacer cuando sólo te tengas a ti? Ahorita es nada más tu cabeza pero ¿qué vas a hacer cuando, por no cuidarte, por rendirte a la medicina, llegue la venganza de tu cuerpo?</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Ya sé que no tengo razón. Ya sé que ningún hombre es una isla, que nadie puede solo, que la medicina existe para algo, que los cuerpos enfermos son válidos y que siempre va a ser mil veces peor el malestar por muy natural que sea que el bienestar de paquete. Pero que lo sepa no significa no piense lo contrario. Todo el tiempo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Ojalá no fuera imposible regresar a 1988 a darme una pastilla para el dolor de estómago, en vez de verme vomitar de colores para que saque todo lo malo, y decirme que me la tome, que me va a hacer bien, o al 93 a untarme algo en los brazos para que se me quite la tiña y no tenga que pasar semanas y semanas de vergüenza hasta que mi sistema inmune haga lo suyo y se la lleve. Ojalá no fuera imposible ser hoy mi propio adulto responsable que me cuida, que sabe más que yo y con esa sabiduría me dice que mis defensas no se van a volver tontas así tome esta medicina algunos días que la necesite o aquella otra para siempre, que el dolor no es normal, que no es cierto que tengo que poder con todo sola para salvarme (y, al final, ¿para salvarme de qué?) y que cuidar, aunque sea artificialmente, a mi cabeza es también un acto de amor a mi cuerpo. ¿Ojalá no fuera imposible? No. Ojalá no lo sea.</span></p>diamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7252918.post-89073776905598009492023-10-16T14:56:00.004-06:002023-10-16T15:02:10.360-06:00El día de la marmota de la salud mental<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Siento que es demasiado pronto para sentir que ya intenté todo para estar bien y demasiado tarde para guardar esperanzas de que algún día algo va a funcionar.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En cualquier momento voy por ahí, por donde sea, caminando tranquila y, en esta caricatura antigua en la que me tocó vivir, me cae sobre la cabeza el piano de la ansiedad. El cuerpo se me pone rígido, me duele todo y el mareo es constante; ha de ser porque el mundo se sigue moviendo y yo otra vez me quedé paralizada en este malestar que se supone que ya estaba empezando a sanar.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Y aquí es donde todo vuelve al inicio, o al menos a la mitad.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Lo último que intenté para estar "mejor" cuando me sentía "bien" (aunque desde el hoyo portátil marca ACME que me puso enfrente el correcaminos de la salud mental en los últimos días, "bien" y "mejor" suenan muy peor, muy mal) fue aprender a llorar.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Parece que, como a los animales recién nacidos que necesitan que les laman los genitales para aprender a orinar y cagar, a mí nadie me lamió el alma para enseñarme a llorar. O quizá ya venía mal de fábrica. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Mi pecho no es bodega, pero sí es composta, porque todo se queda ahí y, aunque a veces nacen cosas bellas, la mayoría del tiempo lo único que se ve y se siente y está presente es el gusanal.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Fui (otra vez, siempre otra vez) a terapia y fui a las constelaciones familiares y fui a la página de los aceites escenciales y de todos modos no pude llorar. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Aunque sí, de a poquitos, y sólo en estos días que me siento tan mal. Pero ni esos poquitos fueron por mis muertos que extraño y por el dolor de mis vivos y por el horror de que (otra vez, siempre otra vez) estaba bien y de nuevo todo (aunque no todo, pero algo, lo suficiente para que se sienta como todo) mal. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Todos mis esfuerzos terapéuticos se condensaron en una lágrima por un reel de animalitos, otra porque en Friends hay personas que en su amistad encontraron su hogar, otra porque Taylor Swift es increíble y la última porque Connor Oberst olvidó a su Yellow Bird. ¿Cómo se te pudo olvidar? Pero nada más.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">¿Eso cuenta como avanzar?</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Dicen que la migraña tiene un aura que les avisa a sus suscriptores que ya casi va a salir el nuevo episodio. Los años de experiencia me han enseñado que la ansiedad, la mía, también tiene algo así. Los médicos le dicen Síndrome de las Piernas Inquietas, yo le digo La Sirena que Anuncia la Inminente Llegada de un Ataque Nuclear que me va a dejar el cuerpo adolorido y el espíritu paralizado. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">El primer día es una sensación en los muslos. El segundo son las ganas de pegarme en las piernas hasta que se vaya esa sensación del primer día. El tercero es el impulso de cortármelas con un cuchillo de carnicero y ya los siguientes son la consecuencia de no haber escuchado, otra vez, el aviso de que tenía que echarme a correr en vez de quedarme ahí sentada esperando que un poquito más de mí termine convertido en sombra nuclear.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pero ¿adónde corres cuando eres tu propia ciudad que están por bombardear?</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Si tomo medicina le hago daño a mi cuerpo y si no la tomo le hago daño a mi alma. ¿Cuál vale más? </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Si voy a terapia, les escucho hacer interpretaciones de manual y ni siquiera me atrevo a decirles que siento que hasta la curaduría del algoritmo de internet me ve más.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Si me unto el bálsamo suave del pensamiento mágico, me siento muy dos de espadas. Y tampoco me quiero engañar.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Otro ciclo. Otra crisis. Y otra vez, siempre otra vez, intenté todo y logré nada. Nunca es suficiente, porque yo no soy suficiente. Si lo fuera, mis cuidados y mis intentos valdrían de algo y no estaría aquí de nuevo, sintiéndome tan mal.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pero ya sé que no es verdad.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Ya sé que esto también va a pasar.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Y voy a estar bien.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Y luego mal.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Y luego bien.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Y luego ya.</span></p>diamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-7252918.post-75791021120444278582022-02-09T12:26:00.008-06:002023-10-16T14:49:20.304-06:00 Estoy until the dick y ya no doy un fuck por esto<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pienso mucho en ese capítulo de Friends donde Monica prepara recetas con mockolate, un producto que al final no sale al mercado "por algo de las ratas del laboratorio" pero le ofrecen otro proyecto: recetas con fishtachios (taste exactly like pistachios, but are made primarily of reconstituted fish bits) y ella acepta diciendo "no tengo principios y necesito el dinero". Creo que soy eso. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pero sí tengo un principio: nunca hablo mal públicamente de la gente ni las empresas con las que trabajo. Hasta ahora. No tengo principios y necesito quejarme porque ya no puedo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Cuando empecé a traducir "profesionalmente" (""""""""" de repuesto), me sentía en la cima del cielo y poquito más arriba que eso. Sentía que había encontrado el paraíso para escribir sin tener que escribir realmente, como aquí, supongo. Lo que siempre quise y lo que todavía quiero. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pero luego pasaron diez años en La Editorial Transnacional Mira Mami Lo Logré Estoy Traduciendo Para Ellos, entre unas traducciones al chingadazo y otras tan pulidas como puedo, y con ellas diez años de la misma respuesta: mi pago de tres a seis meses y hasta luego. ¿Un gracias que le sobre? ¿Un muy bien muy mal un crédito a mi trabajo un besote hasta el cielo?</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Ya hasta quisiera que me pagaran con exposición o un abracito que no afecte su economía. Imagínate eso.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Ahora la moda en La Editorial es ponerte un Drive para que subas ahí tus avances y que puedan ir viendo cómo vas, qué estás haciendo. Como que qué estoy haciendo, Ramiro, pues viendo cómo sobrevivo y sin mucho éxito, eso estoy haciendo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Me gustaría escribir mi oferta en el Drive para que la vean en tiempo real: les doy 70 pesos por cuartilla (¿qué se siente?) por cada cosa que no les haya entregado en los últimos 10 años. Seguramente se defenderían diciendo que pues sí entrego pero ni muy bien ni muy a tiempo, lo cual es cierto, pero si no aman algo déjenme libre. ¿Creerán que me hacen el favor buscándome? ¿Yo creo que me hacen el favor? Vayan sin mí. Yo ya estoy muerta.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Tengo un corazón (made primarily of reconstituted fish bits) que se me rompe con cada libro que trabajo y con cada medida que me demuestra que no es que sea buena, sino que soy su inagotable pendeja, y estoy harta de traducir para La Editorial, donde soy su AI no tan I. Y estoy until de dick y ya no doy un fuck por esto.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Supongo que si le dijera todo esto, La Editorial me diría que ni que lo hiciera tan bien como para quejarme, y tal vez sea cierto, y quizá no soy tan buena como para traducir en otro lado, y puede que todo lo que quería ya no es lo que quiero. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Quiero respeto. Aunque siempre vaya a haber una voz o un coro diciéndome que lo hago mal y que no merezco algo mejor. Pero como sea merezco respeto.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Ya traducir no me hace sentir up up up sino en la mina más horrenda. Tenía tantas ganas que es una lástima. Pero se me volteó el principio y ahora me quejo cuando me llenan el buche de piedritas. Y ya no necesito (tanto) el dinero.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Que esta dignidad (made primarily of reconstituted fish bits) con muchísima sal sea mi alimento.</span></p>diamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7252918.post-76651392447168977412021-07-23T19:22:00.003-05:002022-02-09T12:27:13.595-06:00EMHDM<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">El otro día me leyeron las cartas y si esas cosas no son ciertas, ¿por qué me revivieron un muerto?</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">La pitonisa me preguntó que quién era ese hombre que no he soltado en diez años y yo me pregunté qué estaba haciendo en 2011: estaba llorando en una banqueta por El Mejor Hombre del Mundo. EMHDM, para no quitarte tu tiempo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Hace diez años estaba decidiendo irme a otra ciudad porque no tenía caso quedarme en un lugar donde de todos modos no quería estar si ni siquiera me sostenía la posibilidad de que EMHDM me quisiera.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Hace diez años que me pregunto dónde deposito la basura orgánica que es esta necedad de seguir queriendo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Si es cierto que nadie puede entrar en este precioso corazón de diamante mío, también es verdad que hace diez años le construí una casa a EMHDM en la puerta, y a esa casa siempre la ha habitado un muerto.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">***</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">EMHDM no es el mejor hombre del mundo. Es un hombre de un mundo al que no perteneces.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Ya, suéltalo.</span></p><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrrUn8yMwSdM8TBGosLqaSUTPy5K49zvoMCFV0kPovXpoZ8L8uge1W9DBJVixcgcInqsiHYIVqBJho_zKRZJLdYdAJITiZjga1GPQAEAVb-jxQkV4xRNJGOE6tTccVE2IslZUMdA/" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="503" data-original-width="720" height="280" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrrUn8yMwSdM8TBGosLqaSUTPy5K49zvoMCFV0kPovXpoZ8L8uge1W9DBJVixcgcInqsiHYIVqBJho_zKRZJLdYdAJITiZjga1GPQAEAVb-jxQkV4xRNJGOE6tTccVE2IslZUMdA/w400-h280/image.png" width="400" /></a></div><br /><br /></div>diamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7252918.post-12419632364677249602021-07-12T13:29:00.005-05:002021-07-12T13:29:40.985-05:00Ser gorda no era una personalidad<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Me da cringe el cringe que me daban las gordas que hacen de ser gordas su personalidad. Esto y aquello porque gorda. Mi ropa de gorda. Mis fotos de gorda. Mi vida de gorda.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pero pues es que sí son gordas.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Sí somos gordas.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Sí soy gorda.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Mi ropa y mis fotos y mi vida son de gorda.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Me doy cringe cuando lo enuncio, porque me gusta creer que soy muchas más cosas además de gorda, pero me da más cringe pensar en los años que he pasado intentando existir sin mencionarlo, para no molestar, para no incomodar, para que la pobre gente no se vea en la penosa necesidad de decirme que no estoy TAN gorda o que sí pero bien acinturadita o que mis amigas no tengan que señalar sus propios defectos, su panzota que es pancita normal y sus aguados y su celulitis e incluso una vez tuvieron chubrub tras caminar tres días en el desierto y querían llorar, como para que yo no esté triste por estar gorda porque la sociedad es horrible para todas las mujeres de todas las tallas y todas sufrimos igual.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pero yo estoy gorda y no estoy sufriendo. Estoy en un proceso de no sentir cringe por no estar sufriendo por estar gorda, por decir que lo estoy, y ese proceso está sólo en mis manos, pero esta recién descubierta capacidad de existir sin la pena profunda de incomodarlos con mi gordura no se la debo a nadie más que a las gordas que hicieron de ser gordas su personalidad.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Perdón por sentir cringe por nosotras.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Perdón por no tener una palabra mejor que cringe.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Gracias por enseñarme a estar como estoy. Y estar en paz.</span></p>diamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7252918.post-12083532478330324352021-01-29T15:55:00.009-06:002021-01-29T16:28:24.619-06:00Mañana en la terapia piensa en mí*<blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><div style="text-align: right;"><span style="font-size: x-small;"> <span style="font-family: verdana;">*es un tuit de <a href="https://twitter.com/bestiecilla" target="_blank">Bestiecilla</a></span></span></div></blockquote></blockquote></blockquote></blockquote></blockquote></blockquote><p><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Antes me preguntaba que por qué alguien querría pagarle a otra persona por escuchar su versión de la historia sin más contexto si eso lo hacen tus amigos y sin cobrar. Y la diferencia es que ahora es después, pero todavía me lo pregunto, la verdad.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">*</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">A los veintitantos estaba segura de que tenía cáncer de pulmón porque "no podía" respirar. No podía entre comillas, porque aquí estoy demostrando que sí pude, pero se sentía real. También vomitaba hiel por las mañanas, y por las tardes al salir del trabajo las extremidades no me respondían; mi cuerpo decidía quedarse tieso como perro que no se quiere bajar del carro. Y muchas cosas, wuuu, más. Como pasa en casi todas las historias como esta, me hice muchos estudios y fui con varios doctores y todos los resultados concluían que no tenía nada, aunque sentía todo. Y así estuve varias semanas hasta que alguien sugirió que quizá mi cáncer era emocional.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">*</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Según tuíter (y la gente de tuíter, que por coincidencia es la gente de mi vida), la terapia es la respuesta a todas las preguntas de la sociedad actual, así que con todas mis dudas me decidí a ir por primera vez a pagar porque alguien escuchara lo que ya escuchaban gratis mis amigas. <i>Seems legit</i>. Va.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">*</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">A continuación, los círculos del infierno terapéutico que he recorrido desde entonces y que hasta ahora ninguno ha sido la respuesta a ninguna de mis preguntas, ni siquiera a la de "por qué chingados pagaría por hablar", pero voy a hacer que mi inversión, como le dicen ahora al costo de las cosas, sirva de algo generando al menos un par de jajajás.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><h4 style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">1. La terapeuta que no tiene quién la escuche</span></h4><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHqJYHF-Qyzcdzru_XjO6-ZzfETzEGgXqY4Q5wyoAzI-8yasz7uP8IDj7lRj8DtG29GvXtCsUOKpLPLY63Jeiz8M5MUol1MXr8V_vM9REpvvRX3JbM8tm9pvK85R6ldlgzPNdc_g/" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="294" data-original-width="420" height="153" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHqJYHF-Qyzcdzru_XjO6-ZzfETzEGgXqY4Q5wyoAzI-8yasz7uP8IDj7lRj8DtG29GvXtCsUOKpLPLY63Jeiz8M5MUol1MXr8V_vM9REpvvRX3JbM8tm9pvK85R6ldlgzPNdc_g/w219-h153/image.png" width="219" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;"><br /></span><span style="font-family: verdana;">Mi primera terapia fue Gestalt. Recomendación de la <i>roommate </i>de una amiga que ya ni iba con ella. Era una señora de unos 60 años que daba las sesiones en su casa que siempre olía a perro. Y no tengo nada contra el olor a perro, algunos de mis mejores amigos huelen a perro, pero prefiero que el espacio en el que me vayan a hurgar la cabeza tenga un fresco olor a nada si no puede oler a mar.</span><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Esta señora me ponía a acomodar muñecas y peluches según quién era cada uno en mi familia y luego me explicaba lo que eso le revelaba de mí. Sí, cual test de Buzfeed. Lo que nunca entendí es cómo esas revelaciones iban a repercutir en mi ansiedad por exceso de trabajo antes de que me volviera a dar otro ataque de pánico y me quedara tiesa en un baño de Sanborns hasta que mi <i>roommate </i>cruzara toda la ciudad para ir a sacarme de ahí (real).</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pero ir a jugar a las muñecas estaba bien si lo comparo con los otros 40 minutos de la sesión en los que la señora de los perros tomaba cualquier cosa que yo dijera para soltar una historia de su familia. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Yo: "Siento que si no tomo todos los trabajos que me ofrecen, no mereceré que me vuelvan a ofrecer nada nunca". </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Ella: "Ah, sí, te entiendo, así le pasó a mi hija cuando empezó a trabajar en una empresa de metales. Ella estudió bla. Bla bla. Blablablabla". Y mientras ella hablaba yo sentía caer sobre mi cabeza, en monedas de cincuenta centavos, cada uno de los 300 pesos que le pagaba por la hora hasta que la consulta se acababa, curiosamente al mismo tiempo que ella terminaba de hablar.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Fui varios meses con ella aunque la quise dejar desde el primero. En una de las últimas citas me dijo que yo era una persona muy asertiva (real). Asertiva tu mamá, pensé mientras planeaba ir con otra terapeuta para que me dijera como dejarla a ella. Y así fue como durante unas semanas pagué por dos terapeutas distintas porque quizá nunca voy a ganar pero seguro siempre voy a mamar.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><h4 style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">2. No sabía que estaba en una secta</span></h4><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdKU2zkdykfU0BaMTiXua8yeAfIiaOsLM6P4J_C1InR2yu19jr3Ga3uUYK7dOkrgU24kls2FHzg_HvoVUqqORkXzknpW72ymCbvrN8C7rV28BJYGxU5h_5h7B3nm5RqWZi-8eQNw/" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="225" data-original-width="225" height="178" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdKU2zkdykfU0BaMTiXua8yeAfIiaOsLM6P4J_C1InR2yu19jr3Ga3uUYK7dOkrgU24kls2FHzg_HvoVUqqORkXzknpW72ymCbvrN8C7rV28BJYGxU5h_5h7B3nm5RqWZi-8eQNw/w178-h178/image.png" width="178" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;"><br /></span><span style="font-family: verdana;">La terapeuta con la que fui para animarme a dejar a la otra terapeuta decía que su corriente era "de todo menos Gestalt". Me la recomendaron mis amigas más cercanas, tres de ellas pacientes en ese momento de la recomendada. ¿Alguien dijo <i>red flag</i>? Nah. </span><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Era una mujer de modos suaves, probablemente en sus cuarenta y, al menos conmigo, todo con ella se trataba de aceptar lo que soy sin intentar cambiar nada, porque si seguía viva y con trabajo y gente que me quería, seguro no estaba tan mal. Su invitación siempre era a tratarme con cariño a mi misma (bien) y "hacerme a un lado de la ansiedad" (eh, ok, pero cómo, o sea, nomás así, bueno, eh, va). </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Con el tiempo mis amigas recomendaron a otras amistades y yo "mandé" a mi <i>roomate </i>y a mi mejor amigo porque, en serio, quién dijo <i>red flag</i>. En algún momento éramos fácil unas 10 personas del mismo círculo yendo con ella, todos sintiendo que íbamos muy bien, nadie diciendo <i>red flags</i>. Naranaranaranara, ¡Batman!</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Fui con ella alrededor de un año, y cada semana de ese año escuché que soy valiosa (pues sí) y que no importa si pienso que estoy mal, sólo debo pensar que no estoy mal (pues what). Llegó un momento en el que ya nada más le platicaba de mis gatos, porque hasta cuando intenté confrontarla sobre la molestia que me causaba que nunca me confrontara sobre nada, su respuesta fue "es válido que te sientas así". Ah. Ah ok. Ah ok va. P</span><span style="font-family: verdana;">ero no quería dejarla porque se me dijo y se me indicó que la terapia es la respuesta a todas las preguntas de la humanidad y yo no iba a ser la cretina que sale en todos los memes de no querer ir a terapia, faltaba más.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Y así estuve bien, o sea, mal normal, durante un buen tiempo, yendo con ella a platicar de nada, hasta un día en que otra vez no pude respirar y me salí a la calle a sentarme en un charco (real). </span><span style="font-family: verdana;">Qué cosa cuando descubres que estabas haciendo algo que creías que te ayudaba, pero en realidad sólo no se había presentado nada en lo que te tuviera que ayudar de verdad.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Al día siguiente tenía consulta con ella y por mensaje le avisé que me había dado otro ataque de pánico y descubrí que no tenía ninguna herramienta para controlarlo o al menos amortiguarlo y ya no iba a regresar.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Las personas que siguen con ella aseguran que les ha servido mucho. Y me da gusto. Tal vez la líder tenía razón en eso de que estás como tú crees que estás. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">A fin de cuentas nadie dijo que no hubiera cierto valor terapéutico en las sectas. Y de los multiniveles ni hablar.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Después de eso fui al psiquiatra (a los psiquiatras, dirás; el purgatorio de esta metáfora antes de alcanzar el -medio-cielo mental) y a la par busqué a un terapeuta recomendado por el amigo que nunca te falla: el internet. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><h4 style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">3. Do you wanna play a game?</span></h4><p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMf4bscGBfT6gh5B8v1yQQlUb5PLlAjSRVv0jFg5SyAu01cN1ThFjX6C1nGEiymsY8o_7uthc4-Bh7nfn2b6YooiYJhlQkU7kkXQ7z5OP7YVfpP3EQDcTGua42yrxXPulFG8yZvA/s420/saw.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="273" data-original-width="420" height="117" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMf4bscGBfT6gh5B8v1yQQlUb5PLlAjSRVv0jFg5SyAu01cN1ThFjX6C1nGEiymsY8o_7uthc4-Bh7nfn2b6YooiYJhlQkU7kkXQ7z5OP7YVfpP3EQDcTGua42yrxXPulFG8yZvA/w180-h117/saw.jpg" width="180" /></a></div><br /><span style="font-family: verdana;"><br /></span><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Quién podría imaginarse que mi mejor amigo el internet me iba a fallar.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Como el psiquiatra con el que iba en ese momento me dijo que buscara terapia cognitivo conductual, fui diligentemente a Google y le dije "aber sácate una terapia cognitivo conductual", y así terminé en el Instituto Mexicano de Psicoterapia Cognitivo Conductual con un cñor que se llamaba Arturo y quien me ponía tareas como ir a pararme a la azotea a media noche durante cinco minutos para perderle mi miedo a las cucarachas (real). En la tercera consulta me pidió que me provocara un ataque de pánico ahí frente a sus ojos. Fracasé. Me dijo que lo intentara más. Traté de explicarle que, si supiera provocarme conscientemente un ataque de pánico, sabría cómo detenerlo cuando me llegara, que quizá por ahí no era, y me dijo que si no iba a cooperar con él mejor ya ni fuera. Y ya ni fui. Al menos le agradezco que no tuve que pagar terapia doble para saber cómo dejarlo. Así que esto es avanzar. </span></p><p style="text-align: justify;"><br /></p><h4 style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">4. Debut y despedida</span></h4><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Tiempo después me volví a poner muy mal de mi todos-nos-vamos-a-morir-pero-yo-me-estoy-muriendo-ahorita-o-no-no-sé-pero-algo-está-o-va-a-estar-o-siempre-ha-estado-muy-muy-muy-mal.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Una amiga me recomendó de emergencia a la terapeuta conocida de la tía de la cuñada de la que le vende Jafra y fui con ella porque es lo que se hace cuando no hay más.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Fui a su consultorio por la noche y me</span><span style="font-family: verdana;"> senté en su sillón directo a llorar, cosa curiosa porque soy uno de esos seres <i>vomit free since 93</i>, pero con el llanto. Había llorado sólo una vez como año y medio atrás y creo que al momento puedo decir que lloré por última vez en 2018. Otra cosa que quizá debería tratar en terapia, claro está. Pero bueno, el caso es que me senté ahí directo a llorar. Y ella con toda paz me empezó a preguntar qué soñaba. No qué necesitaba. Ni siquiera por qué lloraba. Qué soñaba. <i>Sueño que encuentro la forma de controlar mis miedos irracionales y fantasías de la catástrofe y que en este momento al menos puedo dejar de llorar. </i>Amiga, bye.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><h4 style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">5. Equinoterapia</span></h4><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Al día siguiente fui con una chica especializada en equinoterapia. Conmigo nada más aplicó la parte de terapia, pero sumo lo de equino porque me parece gracioso que de la nada aparezcan caballos en la historia de mi salud mental.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2kpSBvqMYuJ-6-EbM74O1O3bYf0CuWXsIkBWL-vi2C5ZkMXp8obRenFCj3M1iszSZnUvelON7IDcsxa4wGUGJXszoINgD4ze5gFXICsJRqG-EalSYUXNmleic-Nqnyg3dw5HA9Q/" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="800" data-original-width="1200" height="122" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2kpSBvqMYuJ-6-EbM74O1O3bYf0CuWXsIkBWL-vi2C5ZkMXp8obRenFCj3M1iszSZnUvelON7IDcsxa4wGUGJXszoINgD4ze5gFXICsJRqG-EalSYUXNmleic-Nqnyg3dw5HA9Q/w184-h122/image.png" width="184" /></a></div><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Lamentablemente para la comedia, de ella no tengo mucho que decir. Fui unas cuantas veces, trabajamos un poco, se nos cruzó el 19S (el cual yo provoqué por poner unas sábanas rojas la noche anterior cuando mi cabeza claramente me indicó que no, pero eso lo vemos otro día aquí en el chat), y luego la dejé porque me dio flojera seguir hablando de mí, como si no tuviera internet, y pensar que iba a terminar de nuevo en lo mismo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Además me sentía mejor, tenía nuevos medicamentos, a la mejor psiquiatra del mundo, no tanto dinero, ya muy poquita fe en la terapia y pues girl, bye.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><h4 style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">6. Tres doritos después</span></h4><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pasaron un par de años entre la equinoterapia sin equinos y mi más reciente intento por creer en el amor terapéutico.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En julio de 2020 la pandemia lo logró conmigo como lo ha logrado con tantos y me descompuso. Semanas sin poder comer casi nada, mareada, con náuseas, sin poder moverme porque cualquier cosa que sintiera mi cuerpo era señal de La Enfermedad. Terrible. Volví con la psiquiatra que ya me había dado de alta y decidí que necesitaba la respuesta a todas las preguntas de mi humanidad y eso, dice tuíter, sólo se encuentra en la terapia.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Por mis traumas terapéuticos del pasado, le pedí a la nueva que por favor no me hablara de sí misma, y dijo que así lo haría pero ¿si la astrología no es cierta, por qué ahora sé que esa terapeuta es Acuario, tiene TLP, le tomó tres años que la diagnosticaran y para ella fue un calvario encontrar un buen terapeuta, tiene historial de trastornos alimenticios y mucho más? También criticaba en cada sesión las decisiones de mi psiquiatra, mi santa patrona del equilibrio químico, y desestimó mi diagnóstico de TEA por el que, a mi parecer, no computaba sus meditaciones de youtube para conectar con mis emociones del pasado remoto y volverlas a sentir (con trabajos las sentí en su momento, de qué me habla), y en cuatro sesiones no creerás lo que pasó otra vez: girl, bye.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><h4 style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">7. Adónde vas, conejo Blás</span></h4><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvmeJubedWy9RUvRAS9oOst3DrbGuWrEmIb8nElTjxmeoG9VIBPlQpEDqqVewPjcqImTcSTPRbpntrTwVKGWdfgDJ6g53V7bKToBpGmLTx3jKeTF58-QNBplKOQhcR6egnOtbJrQ/" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="257" data-original-width="360" height="138" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvmeJubedWy9RUvRAS9oOst3DrbGuWrEmIb8nElTjxmeoG9VIBPlQpEDqqVewPjcqImTcSTPRbpntrTwVKGWdfgDJ6g53V7bKToBpGmLTx3jKeTF58-QNBplKOQhcR6egnOtbJrQ/w193-h138/image.png" width="193" /></a></div><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Ya estaba decidida a, por lo menos por un tiempo, dejar de buscar terapia por aquí, terapia por allá, terapia por delante y terapia por detrás, cuando un día que fue anoche estaba <i>scrolleando</i> en Facebook y me salió un anuncio de terapia a 100 peso. Pensé "qué mamada" e inmediatamente después "obvio lo voy a probar". </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Me gusta creer que le estoy ganando al sistema porque al menos esta vez estaré pagando lo menos por lo menos y ya no, como antes, lo más por ver cuánto me pueden hacer enojar sin darme ni una pista de cómo no enojarme o mínimo por qué no me debo enojar.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Hoy en la noche es mi cita virtual, y ya sin fe alguna en que la terapia me dé respuestas o al menos preguntas, espero que no me falle en darme lols. Estoy segura de que desde este ángulo, y por 100 peso, nada puede malir sal.</span></p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><br /></span></p><h4 style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">*En el próximo post: Todo salió mal.</span></h4><p style="text-align: justify;"><br /></p>diamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-7252918.post-64066103879104184652021-01-28T13:20:00.008-06:002021-01-28T14:22:37.734-06:00Para eso son, pero se piden<span style="font-family: verdana;">Aquí hay una historia que seguramente es la historia de 20 de cada 10 mujeres que tuvieron o siguen teniendo su momento de fiestear. </span><div><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><div><span style="font-family: verdana;">No es una denuncia ni algo que cuento porque ya no podía más. Es algo de lo que me acordé en estos días de historias que sí son denuncias y que sí son abusos y que sí tenían que salir ya. </span></div><div><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><div><span style="font-family: verdana;">No es que haga mucha diferencia pero, como el que esté libre de vergüenzas que tire la primera arroba, aclaro que esto no pasó ni en mi etapa de malacopa ni en mi etapa de hornycopa, sino en mi etapa de copa y ya. </span></div><div><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><div><span style="font-family: verdana;">Hace unos años estaba en una fiesta y estaba como solía estar en las fiestas en todas las etapas antes mencionadas: hasta el pito, pero como estaba en la etapa copa y ya, y el amigo que me daba <i>ride </i>a mi casa aún seguía fiesteando por allá, me fui a sentar a un sillón a esperar. Hasta la comodidad de mi sillón llegó un señor al que ni conocía ni recuerdo mucho más y se sentó junto a mí. Normal. Se veía tan hasta el pito como yo. Mi hermano de copa, mi semejante borrachera que agarramos. No pasa nada. Pero pasó que de pronto mi hermano, mi semejante, con el que no había cruzado más que un saludo con la cabeza de "sí, amigo, te puedes sentar, es un sillón libre en un país libre, no volvemos a tomar", estiró un brazo y metió su mano entre el sofá y mis nalgas. WHY. </span></div><div><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><div><span style="font-family: verdana;">Ni me pareció grave ni me sentí vejada, porque se nos había enseñado que son misteriosos los caminos de ligar. Como dicen algunas personas en los internets: "se me ofreció una opción", no la acepté, me paré, le dije a mi amigo que ya nos fuéramos y tan-tan. </span></div><div><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><div><span style="font-family: verdana;">Pero ahora pienso que ese tan-tan no se le debe a la normalidad del evento sino a que eran otros tiempos, tiempos en los que todavía no se hablaba tan abiertamente de que lo común no siempre es lo normal. </span></div><div><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><div><span style="font-family: verdana;"><br />Pienso en qué pasaría si la escena, hasta el punto en que estamos dos desconocidos hasta el pito en un sillón, se me repitiera hoy. Me gusta creer que si el señor procediera a agarrarme las nalgas le mentaría la madre: ¿No te llegó el memo de que eso ya ni es común y menos es normal? O, algo mejor, que él ya sabría que ese no es el proceso razonable para ver si alguien quiere coger contigo, que podrías, no sé, ¿sacarle la plática antes, preguntar? </span></div><div><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><div><span style="font-family: verdana;">Quién sabe quién sea ese señor, quién sabe cómo sea y quién sabe dónde está. Pero sí conozco a muchos otros señores que a pesar de todo lo que se ha hablado, de todo lo que se ha advertido señalado </span><span style="font-family: verdana;">corregido </span><span style="font-family: verdana;">regañado, siguen sosteniendo que cada quien se aproxima a las situaciones sexuales como quiere y puede, que el atrevimiento les gusta a algunas y eso debería validarlo para todas, que como mujer debes hacerte responsable de haber tomado y tener nalgas, que por culpa de las feminazis ya no se puede ni ligar. </span></div><div><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><div><span style="font-family: verdana;">Esto, aquí, no se trata de las tonterías (no los delitos ni los abusos, sino esas cosas que vistas desde acá sólo te hacen sentir un profundo WHY) que hicimos y nos hicieron cuando el mundo era otro y no sabíamos que lo común no era lo normal, sino de algo más.</span></div><div><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxDAP1gmpsmZViFvVTalQpnkg1jy60usHtN4u5859Z9iL8NnsWCnUip3xH4QEBCOx-hPVPW_ly4tDiuchppz8df4GL_yHwwcR-kN8XAGTEVblFyUApE7F23VFkW3R-cXVwkkcRVA/s720/143633764_10158874617345561_6217587131090662804_n.jpg" style="display: block; padding: 1em 0px; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><img alt="" border="0" data-original-height="720" data-original-width="702" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxDAP1gmpsmZViFvVTalQpnkg1jy60usHtN4u5859Z9iL8NnsWCnUip3xH4QEBCOx-hPVPW_ly4tDiuchppz8df4GL_yHwwcR-kN8XAGTEVblFyUApE7F23VFkW3R-cXVwkkcRVA/s200/143633764_10158874617345561_6217587131090662804_n.jpg" /></span></a></div><span style="font-family: verdana;">Se trata de tu novio o tu amigo, el que no es un violador pero en este momento sigue viendo y no ve, el que sigue firme en todo lo que creía sobre las interacciones sexuales hace diez años, hace cinco, hace tres, antier, ese es el que te tiene que preocupar. Si me lo preguntas a mí, ese es del que nos tenemos que alejar.</span></div>diamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7252918.post-8771423158914969002020-11-02T14:36:00.006-06:002020-11-02T15:04:27.700-06:00Déjame que te cuente, limeña<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Conocí a mi tía Kika cuando ella tenía 41 años y yo cero. Me
gusta pensar que fue la primera en tenerme entre sus brazos después de mis
padres, aunque no tengo pruebas.</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: verdana;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Dicen que, al ver mi cabeza de Monkiki anormalmente llena de
pelos chinos para una reciente ex-feto, alguien dijo que eso lo había heredado
de Kika, que en ese momento lucía un apretado permanente ocultando su cabello
lacio lacio, como se estilaba en esos tiempos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Se llamaba Francisca, como su abuela; el único nombre “feo”
entre sus hermanas (Lilia, Eloísa, Raquel, Graciela), aunque por ella a mí me
parece una palabra para nombrar algo muy bello. En algún momento de sus intrigantes procesos mentales para ser esa persona maravillosa que era, decidió que, si todas las personas de la época y de su
pueblo se llamaban María o José, ella no podía ser la excepción, así que fue y
se cambió el nombre a María Francisca, aunque lo de no ser la excepción le falló fuera de eso, porque "excepcional" es justo una palabra con la que cualquiera que la haya conocido la definiría sin problemas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">*</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Kika para mí siempre fue luz, alegría, un remanso de paz,
pero también un misterio: </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">La agregada del Opus Dei que soltaba malas palabras y
se reía con algunas <i>peladeces</i>. La que no practicaba la sobriedad (sombriedad,
incluso, si eso fuera una palabra) anímica de su comunidad religiosa y, al
contrario, le gustaba cantar y bailar y reír y ver que la gente cantara y
bailara y se riera y disfrutara la vida mientras la tiene como mejor le pareciera.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">La que llevó en sus hombros a toda la familia <i>sin temerla ni
deberla</i>, pero sin una sola queja.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">No fue madre, pero nos maternó a todos de una u otra manera:
a sus hermanos, a sus sobrinos, incluso a su propia mamá cuando llegó el momento.
Su casa siempre tuvo las puertas abiertas y todos las cruzamos constantemente,
atraídos por el magnetismo de su presencia alegre pero pacífica, amorosa pero
no asfixiante y, voy a decirlo, aprovechando ya no está aquí para decirme que tampoco exageremos: perfecta. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">* <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Cada que quiero escribirla se me acaban las palabras, no la
alcanzo, pero yo voy a seguir queriendo hablar de ella.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Cuando me avisaron que había muerto repentinamente hace ocho
años, horas después de que habíamos hablado por teléfono y hecho
planes para cuando yo viniera a Guadalajara y nos viéramos, eran como las tres
de la mañana y no sentí nada. En el viaje para venir a su funeral no sentí nada
y tampoco en su entierro. No sentí nada porque era un momento de sentir la tristeza
del vacío, pero yo siempre estuve y estaba en ese momento y siempre estaré llena
de ella. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">*</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Me gusta pensar que hoy estaría orgullosa de mí, de que todos
los caminos que he elegido han sido míos y de nadie más, que seguiría pensando
que soy hermosa, me vea como me vea, que adoraría a mis gatos, y que se alegra
cuando yo me alegro y me acompaña en el más amoroso silencio cuando la vida me
duele más que su muerte.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Me gusta pensar que está en donde quería estar, y que
también está en todo lo que es bello, donde pertenece.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Me gusta pensar, sobre todo en estos días, que no importa si
no le pongo un altar de muertos, porque en mi corazón siempre hay una vela
encendida para ella, un altar que la invita a venir y tomar todo lo que tengo
de bueno, porque es gracias a su cariño, su paciencia, su apoyo, su risa, sus
chismes, su fe, su fuerza. Todo lo que tengo de bueno ha sido construido sobre
su herencia. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Quisiera que leyera esto, que supiera que hoy, tras tantos años de no verla, la sigo queriendo con más
que el corazón que tengo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Y quisiera que Coco tuviera razón en eso de que los muertos no
desaparecen hasta que se olvidan. Y ahora tú, que leíste esto, también conoces
aunque sea un poco a Kika; si puedes, guárdate una palabra o dos sobre ella,
una idea, ayúdame a que exista por todo lo que pueda durar
nuestro “por siempre”, aunque sea.</span></p>diamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7252918.post-63363047138397674732020-10-23T15:23:00.004-05:002020-10-23T15:39:38.496-05:00Estos 38 años he vivido (el 26 te sorprenderá)<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Tú no me conoces, ni tú tampoco, ni ella, la niña pero, en
un tiempo, yo estuve de moda. Me dijeron que iba a hacer cosas increíbles. Me
dijeron que tenía mucho qué decirle al mundo. Me abrieron todas las puertas y
me pusieron todas las mesas. Pero no supe cómo cruzarlas ni cómo sentarme a
comer en ellas.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">*<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Hace una hora estaba trabajando en escribir las publicidades
que me dan para vivir como me gusta: sobre mi cama y bajo mis gatos, y
escuchando de fondo la charla que tuvo <a href="https://www.instagram.com/tv/CDkNOu3jIQm/?igshid=pu746p3q5qu7" target="_blank">Paola Carola con Lilián López Camberos</a>
sobre su libro <i><b>Quisiera quedarme quieta</b></i>. Curiosamente, o no, yo estaba quieta
cuando empecé a oírlas, y terminé así, escribiendo otra vez, como si no me
hubiera curado ya de eso.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">*<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En la charla, Lilián y Paola mencionan que el cuento
es visto como un género menor, que se piensa que primero debes publicar cuentos
para ver si luego te mereces sacar una novela, y entonces pasó lo que menos me
gusta que me pase, un evento terrible que a nadie le recomiendo: me acordé de mí.
Me acordé de todos los cuentos que escribí desde los 13 años hasta los
veintitantos, cuando quién sabe cómo (yo, yo sé cómo, por el internet y su
magia que a veces es blanca pero a veces también es muy negra) llegaron
editores de sellos enormes a pedirme una novela, porque yo iba a hacer cosas
increíbles. Pero no supe cómo hacerlas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">*<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Un día, alguien de la editorial en la que, al menos en ese
momento, cualquier escritor <strike>con honestas búsquedas literarias</strike> quería publicar, me
dijo que sólo les publican cuentos a escritores de renombre, que ella me había
buscado porque lo que necesitaba de mí era una novela. Y esa no fue la primera vez
que me lo pidieron. </span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">El dolor que cargo hasta ahora en este costal de papas que es mi pecho, es que en su momento no supe cómo decirles que lo que necesitaban de mí es
justo lo que no tengo. Que yo escribo internet, que yo me escribo a mí, que perdón por no querer más, por no poder más, y que, lo peor, o lo mejor, o ya ni sé, es que estoy (estaba, pero ya estoy de nuevo) contenta con eso.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">*<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Nunca, hasta que los editores llegaron a mi vida, y mientras
lo escribo me hago cien <i>replies </i>en la cabeza pidiéndome que no seademamador y que cheque mi
privilegio, pensé en escribir para publicar en papel, para que un lector como
los de antes, de sombrero de ala ancha y un clavel en la solapa, y no una
arroba o un nickname de internet (si acaso), lo leyera. Yo escribía para comunicarme sin
tener que hablar con la gente. Yo escribía porque mejor adentro que afuera.
Pero cuando me <b>pidieron </b>que escribiera y me dijeron <b>qué </b>y <b>cómo </b>lo escribiera, simplemente
dejé de hacerlo. No se culpe a nadie. O bueno, sí, a mí, por pendeja que bien pudo decir "todas las gracias, pero no" y seguir con lo suyo. Pero mejor no se culpe a nadie, porque pendejarme está muy feo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">*</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Ahora, tantos años después, cuando, como en esa escena de
<i><b>El último unicornio </b></i>donde Molly le pregunta a la criatura mitológica que esperó
toda su vida: "And where were you twenty years ago? Ten years ago? Where were
you when I was new? When I was one of those innocent young maidens you always
come to? How dare you! How dare you come to me now, when I am this!", me llega
en la charla de Lilián y Paola la noticia de que pude haber seguido escribiendo
cuentos que nadie viera, que no <b>tenía que</b> escribir una novela, que pude haber seguido escribiendo aquí, que pude haber seguido
siendo sin deberle nada increíble a nadie y sólo dar esto que soy, esto que tengo.
Y esperar que fuera suficiente y, si no lo era, desde lo más profundo de mi alma
de estudiante de primer semestre de Letras, creyendo que el mundo va a ser
otro, decir: ni pedo, Alfredo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">*<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">No quiero usar la palabra con F (feliz), pero ya me puse a
pensar y, lo peor, sentir, y siento que nunca fui tan feliz, o al menos tan
libre, como cuando escribía aquí, sin La Idea de La Presentación, La Venta, El Lector (¡lotería!), por mí y para nadie, aunque también para
quien lo leyera. Y, no sé si pueda, pero no sabes cómo quiero volver a hacerlo
(a serlo). <i>Quisiera quedarme quieta</i> para que dejen de aplastarme las expectativas
de las que ya nadie (más que yo, que me revuelco en mi tumba de olvido) se acuerda, y seguir aquí, seguir nada más,
seguir escribiendo.</span><o:p></o:p></p>diamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-7252918.post-17693966050568811342012-12-27T23:42:00.004-06:002012-12-27T23:44:20.871-06:00El joven club vente<br />
<div class="im" style="color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; line-height: 20px;">
<div style="text-align: justify;">
Lo que pasa con el Joven Club Werther es que en él todos somos viejos. Del alma, por supuesto. Esto de ninguna manera quiere decir que seamos maduros para nuestra edad. Al contrario, estamos en esa etapa de la vejez en la que vuelves a ser como un niño; entre otras cosas, nos orinamos encima, del alma, por supuesto, y apenas podemos tenernos en pie, esto sí del cuerpo. Se nos puede ver tendidos en nuestras camas, o en sofás o en bancas, esperando el inicio o el final de nuestras vidas, porque si somos niños o somos viejos ya ni sabemos. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
Lo bueno de todo lo malo de que el Joven Club Werther esté conformado por viejos es que pronto moriremos. Permaneceremos así por un tiempo, pero con un poco de suerte nuestros muertos de adentro irán creciendo hasta que les llegue la juventud, cuando harán lo propio de su edad y se empezarán a interesar en el regreso; entonces volveremos como sombras o como zombis, lo que le siente mejor a nuestra época que no es ésta, y entonces sí: le escribiremos un poema a tu cerebro si no es lo suficientemente bello como para comerlo; andaremos por ahí tambaleantes, sin miedo a caer, porque como sombras que somos, consideramos hogar al suelo, y volveremos a levantarnos, porque lo peor que puede pasarnos es avanzar hacia un despeñadero, caer y morir. Y eso qué tiene de peor si ya estamos muertos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div>
</div>
</div>
<div style="color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; line-height: 20px; text-align: justify;">
En el joven Club Werther ya nadie es joven y pronto moriremos, pero vamos a volver como sombras o como zombis, y entonces sí: esto se va a poner bueno.</div>
<div style="color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; line-height: 20px; text-align: justify;">
* * *</div>
<div style="color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; line-height: 20px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; line-height: 20px; text-align: justify;">
Antes todo era como esto: </div>
<div style="color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; line-height: 20px; text-align: justify;">
<i style="background-color: white; color: black; font-family: sans-serif; line-height: 19.200000762939453px; text-align: start;">It happened that green and crazy summer (...) this was the summer when for a long time she had not been a member. She belonged to no club and she was a member of nothing in the world (...) and she was afraid.</i></div>
<div style="color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; line-height: 20px; text-align: justify;">
<i style="background-color: white; color: black; font-family: sans-serif; line-height: 19.200000762939453px; text-align: start;"><br /></i></div>
<div style="color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: black; font-family: sans-serif; line-height: 19.200000762939453px; text-align: start;">Y ahora es exactamente igual, pero el Joven Club Werther me dejó unirme a él y, al fin, pertenecer a algo en lo que no tengo que pertenecer.</span></div>
<div style="color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: black; font-family: sans-serif; font-size: 13px; line-height: 19.200000762939453px; text-align: start;"><br /></span></div>
<div style="color: #333333; font-family: 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 20px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: black; font-family: sans-serif; font-size: 13px; line-height: 19.200000762939453px; text-align: start;"><br /></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="background-color: white; line-height: 19.200000762939453px; text-align: start;"><span style="color: #990000; font-family: sans-serif; font-size: large;">http://andersennow.tumblr.com</span></span></div>
diamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7252918.post-32931763299891490172012-08-12T05:03:00.003-05:002012-08-12T05:19:27.136-05:00Everything's gonna be alright*<div style="text-align: justify;">
Cuando esto no era un muerto reviviente, sino un vivo por morirse, tenía la consigna de publicar al menos una vez al mes, pasara lo que pasara y aun si no pasaba nada, publicar lo que fuera, pero impedir a toda costa que los meses desaparecieran del archivo como si no hubieran existido. Faltaba más, con el trabajo que me costaba vivirlos. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Luego lo maté.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Aun antes, no tenía consigna alguna pero escribía muchísimo, y de eso no hay registro abierto porque aquello todavía no era el futuro y yo todavía no tenía la necesidad de dejarlo todo por ahí, en el internet, esperando que alguien alguna vez pudiera leerlo. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El caso es que escribía.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y lo hacía muchísimo: escribía diarios y escribía cuentos y escribía teatro y hasta hice (may I say lol, monsieur?) una novela. No voy a decir que mis textos eran terribles porque realmente no lo creo, pero seguramente lo eran, y no pienso regresar a ellos para saberlo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Entonces pensaba que publicar era una cosa de ricos y famosos, que sólo les pasaba a los que habían publicado desde siempre (nunca tuve muy claro exactamente cuándo empezaba el siempre) y sólo escribía porque me gustaba leerme, porque me hacía sentir que al fin había algo en lo que era buena y porque al menos ahí sí podía matar a los que hacían que a cada rato me anduviera muriendo. Eran tiempos terribles. Eran grandes tiempos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El caso es que escribía.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero algo pasó. Se me ocurre que fue el tiempo. También la vida, no hay que robarle su trueno. De pronto publicar (publicar de verdad, no en internet, de favor no mame) se volvió algo posible, algo que podía pasarme a mí también. Y en ese preciso momento escribir se me volvió imposible, algo que sólo le pasa a los ricos y famosos, a los que han escrito desde siempre.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
De pronto apareció la posibilidad y en ese proceso se me acabó lo concreto. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero es como dicen, cuando un ciclo se cierra, se abre un abismo. Y si no lo dicen, deberían decirlo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El caso es que ahora escribo esto. Sólo esto.
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
*el título es porque en realidad venía a contar de unos duendes que a veces me cantan "No woman no cry" para convencerme de que todavía sirve, todavía sirvo, pero al final se trató de otra cosa casi desde el principio.</div>diamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7252918.post-76927217789478337772012-05-03T09:10:00.000-05:002012-05-03T09:10:15.940-05:00Fiesta mientras tantoPor primera vez en mi vida no tengo un trabajo que considero menor (porque soy profundamente soberbia) ni un trabajo que considero imposible (porque también soy profundamente incapaz).<br />
<br />
Por primera vez tengo un trabajo que sí me gusta y que sí puedo hacer.<br />
<br />
La vida está pasando, la vida de verdad, de verdad está pasando. Y además de profundamente incapaz y profundamente soberbia, en este momento soy profundamente feliz.<br />
<br />
Lo voy a repetir tanto como se pueda antes de que ya no sea cierto.<br />
<br />
Fiesta, mi emor.<br />
<br />
Fiesta mientras se pueda.diamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-7252918.post-67569007069206678572012-04-28T19:53:00.000-05:002012-08-12T05:34:26.430-05:00Me quiero morir siempre de amor momentáneo<div style="text-align: justify;">
Anoche estaba leyendo una novela, y no por hacer un anti Peña Nieto y dedicar mis horas de ocio a la lectura, sino porque tengo un trabajo maravilloso en el que lo que se hace es leer, y en algún punto me detuve a pensar que estaba bien, pero que no era <i>El último unicornio</i>. Pensaba que eso que ahora leía no te hacía querer morirte de amor, pensaba que qué se sentiría tener en tus manos un libro impublicado que mereciera ser defendido con picos y palos, pensaba que qué se sentiría escribir algo así, pensaba que tenía que dejar de distraerme con estos pensamientos y acabar lo que estaba haciendo.</div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Terminé de leer, pero necesitaba saber más de la autora para sacar el trabajo, así que la googleé. Lo primero que encontré fue una entrada a su blog que empieza así:</div>
<br />
<blockquote class="tr_bq">
Do you ever finish reading a book and just want to throw it across the room and cry and never touch paper/keyboard again, because you’ll never be that good?</blockquote>
<br />
Y después pone un ejemplo de un libro que hizo eso con ella. Y ahí estaba: <i>El último unicornio</i>.<br />
<br />
Qué bueno que existan las coincidencias. Tal vez ya nunca tendré nada, pero me conformo, me alegro, me quiero morir de amor momentáneo con que siempre me queden ellas para sentir que, en alguna parte, algo que ni me busca ni estoy buscando, me espera.<br />
<br />
<br />diamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7252918.post-50145657854252022882012-03-18T17:38:00.001-06:002012-03-18T17:39:51.246-06:00happythankyoumoreplease<div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Georgia, serif; ">No sé cuándo me volví una persona despreciable. Todas las personas despreciables. Todas las que yo despreciaba. Las que no ponen atención. Las que no se equivocan. Las que nunca pierden justamente. Las que son centro y, con la vista hacia adentro, jamás miran a su alrededor. Las que deberían ser recordadas aun sin hacer nada. Las que no recuerdan a nadie aunque hayan hecho todo por ellas. Perdón, perdón por todo. Perdón por ser despreciable. Perdón por haberlo sido. No lo vuelvo a ser. Y gracias. Gracias por llegar a mí. Y por permanecer. Y por todo. Gracias. Siempre.</span></div>diamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7252918.post-6768153500320917262012-02-25T03:13:00.003-06:002012-02-25T03:16:19.628-06:00"Lo peor de todo no son las horas perdidas""... ni el tiempo por detrás y por delante".<div><br /></div><div>Lo peor es que si me dan a escoger entre todo el éxito del mundo y dormir al menos ocho horas al día todos los días de mi vida, escojo dormir.</div><div><br /></div><div>Y soñar que triunfo, por supuesto.</div>diamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-7252918.post-41058108495392408482012-02-10T01:33:00.003-06:002012-02-10T01:38:02.287-06:00Ni tú ni yo ni nadie que conozcamos¿Sabes por qué Miranda July nos hace lo que nos hace?<div><br /></div><div>Porque es excesiva.</div><div><br /></div><div>Porque abusa de su talento.</div><div><br /></div><div>Porque no tiene vergüenza.</div><div><br /></div><div>Porque cree que ante nosotros puede hacer lo que quiera.</div><div><br /></div><div>Y puede.</div><div><br /></div><div>Porque cree que con nosotros puede hacer lo que quiera.</div><div><br /></div><div>Y lo hace.</div><div><br /></div><div>Todo. Hasta lo que no debería hacer nadie. Hasta lo que no tiene caso.</div><div><br /></div><div>Y es hermoso.</div><div><br /></div><div>Y da coraje.</div><div><br /></div><div>Y duele.</div>diamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7252918.post-20448279356886833042012-02-08T20:02:00.002-06:002012-02-08T20:26:58.715-06:00Enough is enough<p class="p1" style="text-align: justify;">Lo cuento poco y posiblemente ni sé bien cómo pasó en la realidad, pero sí sé bien cómo pasa en como lo cuento, cuando lo hago, que es muy a veces, poco. Total que había una vez un reportero de nota roja en el periódico, y ese reportero aguantó y aguantó y aguantó y me imagino que se dijo a sí mismo que seguiría aguantando, porque hay que hacer lo que hay que hacer, hasta que llegó su descanso y al día siguiente de eso ya no apareció en la redacción. Ni al que sigue. Ni luego. Entonces se supo que saliendo de su último día aguantando, y seguramente aún con planes de aguantar más, agarró su carro y manejó derecho, camino adelante, por una carretera y otra y otra hasta que vio que no tenía caso aguantar también eso y se internó en una institución mental. Fin. Y principio, pero por lo pronto fin.</p> <p class="p1" style="text-align: justify;">Lo cuento poco porque quizá lo había entendido poco. Ahora lo entiendo más y posiblemente lo cuente mucho. También puede ser que no.</p> <p class="p1" style="text-align: justify;">Lo que quiero decir es que ni soy reportero ni cubro nota roja pero uno puede acabarse, como él, siendo lo que sea y haciendo lo que se haga, incluso nadie, incluso nada. O especialmente por eso, si debo hablar por experiencia propia. Y yo todavía no me quiero acabar.</p> <p class="p1" style="text-align: justify;">Además ni tengo carro y qué pena lanzarme en una carrera para huir del vacío y la nada en camión de tercera clase.</p> <p class="p1" style="text-align: justify;">Aguantar para qué. A veces. Esta vez. Aguantar por cuánto y, sobre todo, para qué. Enough is enough.</p>diamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7252918.post-54483043190643342452012-01-31T11:37:00.005-06:002012-01-31T11:54:23.830-06:00Éstas no son horas ni nosotros personas<div style="text-align: justify;">Mientras la roomate hurga en el desastre que ella misma causó buscando unos papeles que todavía no encuentra, yo termino mi café y canto mientras la compongo una canción sobre cómo ya vamos casi dos horas tarde a nuestros respectivos trabajos.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">"Hay que prometer que cuando tengamos 30 nos volveremos personas reales", me dice.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Me río. Me despido. Me voy.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">No puedo prometer eso. No quiero.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Tal vez madurar no es volverse persona, sino aceptarse como personaje, construirse, aprovecharse.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Prometan que nunca se volverán personas. Que nunca me pedirán que yo lo haga.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Nos necesito como personajes.</div>diamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7252918.post-40257046505330760622012-01-30T23:55:00.005-06:002012-01-31T02:58:01.829-06:00Cariño, nunca me fui de casa<div style="text-align: justify;">Hace ocho años tenía 22. Era 2004. Trabajaba en el CUCEA y lo odiaba. Más lo odiaba que trabajaba. Estaba en la escuela. Me divertía mucho pero también quería adelantar el tiempo hasta un lugar de él donde pudiera divertirme sin culpa de estarme divirtiendo en vez de aprender algo. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Vivía en Guadalajara. O no vivía tanto, pero ahí estaba.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ocho años después tengo casi 30. Es 2012 y dicen que se va a acabar el mundo, pero dicen eso a cada rato. Trabajo en publicidad y lo odio. Más lo odio que trabajo. Hace tiempo que salí de la escuela; hace tiempo que eso permanece en mi vida como un ciclo no cerrado. Ahora me divierto menos que entonces pero me maravillo más. Desde hace ocho años hasta ahora no he encontrado ese lugar o momento en el que no me dé culpa estarme divirtiendo o maravillando en vez de estar aprendiendo o haciendo algo; creo que esto ya no me importa tanto. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">A veces no puedo dormir y a veces lloro poquito y a veces quiero morirme porque todo está mal, porque no soy lo que quieren y porque no sé qué es lo que yo quiero ser, pero la verdad, escúchame bien, escúchame y dímelo en todas esas veces que seguro vendrán: este es para mí un momento fantástico.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Vivo, aunque todavía no podría decir que vivo, pero estoy en una ciudad en la que, aun si no sé dónde estoy, nunca me siento perdida.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Me pagan por leer lo que otros escriben y además me pagan por escribir lo que quiera. No puedo vivir de eso pero eso puede ayudarme a sentir que sí vivo, me diga lo que me digan en ese otro campo en el que trabajo y odio, más odio que trabajo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Veo cosas hermosas todos los días. Leo cosas hermosas. Escucho a la vecina cantar en su regadera junto a la pared pegada a mi cama y eso a veces me hace sospechar que soy pobre pero incluso en esas ocasiones me conmueve y finalmente me da risa; hablo de mi pobreza, también de su canto.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Me gusta mi casa aunque haya quien no la entienda. Me gustan las paredes rojas de afuera. Me gusta que todo sea tan viejo y sin embargo, para mí, tan nuevo. Me gusta que esto haya existido tanto antes que yo y que ahora me permita habitarlo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Quiero a mi roomate. La quiero como la quería cuando teníamos 15 años y pensábamos qué iba a ser de nuestra vida 15 años después, y resulta que es esto, y resulta, más sorprendentemente que es -casi- lo que esperábamos. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Yo sé que luego no voy a poder dormir y voy a llorar poquito y voy a querer morirme porque todo está mal, porque creo que no sirvo como pensaba que no serviría cuando tenía 15 años; por eso te cuento esto, espero que lo hayas escuchado bien claro. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Todo está bien. Esto es maravilloso. Soy lo que esperaba porque nunca esperé nada. Soy mejor de lo que esperaba porque soy esto, soy algo, y es maravilloso. Todo está bien. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">No olvides recordármelo.</div>diamandinahttp://www.blogger.com/profile/16682631655843809344noreply@blogger.com2